Lucena vivió ayer la jornada más brillante del calendario anual, el Día de la Virgen de Araceli, patrona de la ciudad y del Campo Andaluz, en la que centenares de lucentinas celebraron su onomástica. Los lucentinos se están volcando con su participación en estas Fiestas Aracelitanas, ejemplo de lo cual fue el emocionante pregón de Mario Iceta, obispo de Bilbao, acompañado por el Gaudeamus Korala, y los miles de personas que participaron en la Ofrenda de Flores. Después de una madrugada en la cual sonaron en San Mateo los alegres cánticos de los Campanilleros de La Aurora, los actos se abrieron a las 11.30 horas con la solemne función religiosa. Las catedralicias naves de San Mateo se encontraban abarrotadas de devotos para asistir a una misa que estuvo presidida por los obispos de Córdoba y Bilbao , Demetrio Fernández y Mario Iceta. Como es tradicional, se encontraban presentes el alcalde, Juan Pérez, y numerosos miembros de la Corporación Municipal y el hermano mayor de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, Rafael Ramírez, junto con los miembros de su junta de gobierno y de la Obra Pía, además de la Aracelitana Mayor, Araceli Dorado, y sus damas: Carmen Campaña, Carmen Almagro, Araceli Arévalo, Marina Delgado, Rosa Osuna Cuenca y Araceli Roldán Valverde.

Junto a los obispos, participaron en la ceremonia el vicario de la Campiña, David Aguilera, y numerosos sacerdotes de la localidad. Como es tradicional, la Coral Lucentina, acompañada de la Orquesta de Conservatorio, dirigidas por Víctor Nájera, ofreció la Misa del Campo Andaluz, obra del compositor lucentino Antonio Villa Álvarez de Sotomayor.

En sus intervenciones , los obispos resaltaron la importancia de la devoción aracelitana, que se remonta a la llegada de la imagen a la ciudad desde Roma, en el año 1562. A las ocho de la tarde salía de la parroquia de San Mateo la solemne procesión de la Virgen de Araceli a hombros de una gran cuadrilla de santeros mandada por Manuel Roldán, siendo los manijeros porrilla, Manuel Roldán y José Martos. A la salida la esperaban las autoridades, las aracelitanas y los responsables de la Real Archicofradía, encabezados por su hermano mayor, Rafael Ramírez, el presidente de la Agrupación, Francisco Requerey; y responsables de distintas entidades cofrades. También acompañaron la procesión las cofradías filiales. Anoche, la Virgen de Araceli recorrió las calles entre el fervor popular y a su paso fue cayendo desde los balcones una auténtica lluvia de pétalos de rosa. Al filo de la medianoche se inició la tradicional función de música y fuegos artificiales. Tras ello la Virgen entraba en su templo.