Un cachorro sin radiomarcar ha sido el duodécimo lince ibérico que ha perdido la vida por atropello en las vías andaluzas este año. Su cadáver ha aparecido en el kilómetro 91 de la carretera nacional N-420, a la altura de Azuel, en Cardeña.

Según la información del proyecto LIFE+Iberlince, el cuerpo de este ejemplar --nacido este mismo año, al igual que una gran parte de los animales atropellados en este ejercicio-- fue trasladado al Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre de la Junta de Andalucía (CAD), donde se le practicará la necropsia completa.

Hasta ahora, el último caso se había conocido a principios de octubre, cuando trascendió que otro cachorro había sido encontrado muerto después de que fuera arrollado por un tren a su paso por el término del municipio jiennense de Vilches. El personal de mantenimiento del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) avisó a los técnicos de la Junta de Andalucía adscritos al citado proyecto del hallazgo del cadáver del animal. El ejemplar, un cachorro macho sin identificar nacido en 2017, se encontraba en las vías de la línea Alcázar de San Juan-Cádiz, en el punto kilométrico 292, en la referida localidad de la comarca de El Condado.

El primer caso de muerte de un lince por atropello en el 2017 tuvo lugar a principios de enero en la carretera A-421, en Adamuz, y pocos días después apareció muerto otro ejemplar en la N-420, entre Montoro y Cardeña.