Con un tiempo mucho más fresco que en los fines de semana precedentes, varios pueblos de la provincia despidieron ayer el mes de abril de romería.

Montoro festejó las Veleras, en honor de Nuestra Señora de la Fuensanta, en el valle de Corcomé. A primera hora de la mañana partieron desde el pueblo los romeros, que un año más hacían un alto en Rosines para cantarle a la talla en piedra de la imagen. Posteriormente prosiguieron el camino y tras la misa en la ermita, los portadores bajaron a la Virgen desde su camarín para iniciar la procesión junto a San José Obrero. El ambiente romero se respiraba en las caras de cada montoreño y visitante, que se emocionaron cuando las voces femeninas del grupo que animó la jornada entonaron el himno de la Fuensanta tras pasar por el arco del atrio de la ermita.

Entretanto, miles de hinojoseños celebraron ayer su día grande con la romería de la Virgen de la Antigua, patrona y alcaldesa perpetua. Con algo de lluvia que no impidió los actos previstos, los romeros, tras la noche de la velá en el santuario, participaron al mediodía en la misa. Después, la Virgen fue trasladada hasta el pozo de la Fuensanta y a las cinco de la tarde comenzó el traslado a hombros de la patrona a Hinojosa. Al anochecer llegó a la ermita de San Gregorio, donde se le cambiaron las andas, y toda la comitiva se trasladó con antorchas hasta la parroquia de San Juan Bautista. A los actos asistió la hermandad filial de Cerdanyola del Vallés de Barcelona.

En Belalcázar se ha celebrado la romería de Nuestra Señora de Gracia de Alcantarilla, que el sábado contó con la presencia del obispo, Demetrio Fernández, quien ofició la misa de romeros por la noche. A las 9.00 de la mañana de ayer salía la imagen de la patrona a hombros hacia Belalcázar y a media mañana se produjo uno de los momentos más espectaculares de la jornada con el paso de la Virgen por el río Zújar. La Virgen llegó al pueblo ya de noche, entre fuegos artificiales y pétalos de flores.