Las abundantes lluvias registradas desde que comenzó el año agrícola, unidas al paulatino aumento de las temperaturas en el marco Montilla-Moriles, han sembrado la esperanza entre los productores del sector vitivinícola cordobés. Y es que, a falta de un mes para el inicio de la vendimia, las previsiones apuntan a una cosecha de unos 60 millones de kilos de uva, la mayor de los últimos ocho años. "Las perspectivas son magníficas en cuanto a la cantidad y a la calidad porque, aunque hay algunos brotes de oidio en varios viñedos, son mínimos y están localizados en zonas muy determinadas", apuntó Antonio Martínez, gerente de la cooperativa La Unión.

De esta forma, de cumplirse las previsiones de cosecheros, cooperativistas y bodegueros, el marco Montilla-Moriles se enfrenta a una campaña récord, con "casi el doble de cosecha que el año pasado", cuando el consejo regulador de la denominación de origen situó el aforo final en 27,6 millones de kilos. "Con la poca cosecha que tuvimos el año pasado, las vides han llegado ahora más descansadas", explicó Antonio Martínez, quien hizo hincapié en que tanto la pluviometría como la climatología están favoreciendo el desarrollo vegetativo de las plantas y la óptima maduración del fruto. Por este motivo, la vendimia 2013 arrancará con unas dos semanas de retraso con respecto a la campaña anterior.

Los pronósticos de la cooperativa La Unión, que desarrolla desde hace años la mayor vendimia de Andalucía, apuntan a que la recolección de las variedades que se utilizarán en la elaboración de vinos jóvenes blancos se iniciará entre el 10 y el 15 de agosto. "Normalmente, en estos años de atrás empezábamos a finales de julio", recordó Antonio Martínez, quien detalló que variedades como la chardonnay o la sauvignon blanc, utilizadas para la elaboración de vinos blancos afrutados, "son las primeras en madurar". De igual modo, la vendimia de variedades tintas y la de pedro ximénez --la autóctona de la zona Montilla-Moriles-- no se generalizará en el marco "hasta finales del mes de agosto".

De cumplirse la previsión de cosecha, Montilla-Moriles lograría cerrar una vendimia similar a la del año 2004, cuando bodegas y cooperativas molturaron un total de 60 millones de kilos de uva. Desde entonces, el aforo hecho público por el consejo regulador ha oscilado entre los 27,6 millones de kilos del pasado año y los 55 millones que se procesaron en el 2010.