Cabra vivió en la jornada de ayer, 4 de septiembre, uno de sus días más señalados, al anunciarse desde bien temprano con el repicar de las campanas la Bajá de la imagen de María Santísima de la Sierra desde su santuario a la ciudad de la que es patrona.

A las cuatro de la tarde, como manda la tradición, la imagen salió de su santuario arropada por varios miles de personas, que la acompañaron por un camino pedregoso, entre riscos y jaras, llevada sobre los hombros de sus costaleros.

El gentío no impidió que se fueran cumpliendo los horarios marcados y facilitó en todo momento el caminar de los costaleros que en sus andas de plata portaron a la imagen serrana, que centraba la atención en lugares emblemáticos para los fieles como La Viñuela, el Peñón de la Beata, Los Colchones o la Casilla de la Salve, donde una vez más fue portada a hombros de las mujeres mientras se le cantaba la Salve popular por Antonio Roldán y unas coplas por los hermanos Egea.

Más tarde, tras llegar a la barriada que lleva su nombre, hizo la entrada oficial en la ciudad en torno a las 22.30 horas por los arcos de la antigua calle Baena, donde el alcalde, Fernando Priego, le impuso la vara de mando que la acredita como alcaldesa perpetua.

En la noche anterior, en el parque Alcántara Romero, Antonio Ruiz Manjón-Cabeza, hermano mayor de la Pollinita, dejó una honda huella con su pregón al acercar a los egabrenses a las vivencias y emociones que ha vivido desde la niñez en torno a la patrona, tras ser presentado por Pedro Camúñez Tienda. El acto estuvo precedido por la proclamación de los reyes de las Fiestas, Marta Cuenca y Francisco José Gómez, que estuvieron acompañados por su corte de damas de honor.