La puesta en marcha del proyecto de restauración del río Cabra está pendiente de la culminación del trámite de calificación medioambiental, según han informado al alcalde de Cabra, Fernando Priego (PP): la propia Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y desde la delegación del Gobierno en Andalucía.

Priego indicaba a este periódico que el retraso en el comienzo de las obras viene motivado por ese largo proceso que conlleva dicha calificación, como así lo atestigua la correspondencia cruzada que posee entre la CHG y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. En ella se requiere documentación e información sobre laz calificación, un trámite administrativo bastante largo por la propia envergadura de los trabajos a acometer.

El primer edil, indicaba que desde hace unos meses está a la espera de una reunión con el Ministerio para conocer con más detalles cómo se encuentra el asunto, señalando que quizás el retraso para señalar fecha de la misma al igual que el propio proyecto, podrían haberse visto afectados por los aproximadamente diez meses en los que el Gobierno de la nación ha estado en funciones por lo que ahora, espera que esta se fije en no mucho tiempo.

Este proyecto del que el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, informó en noviembre del pasado año en Cabra junto a Manuel Romero, presidente de la CHG y el propio Priego, tiene por objeto poner en valor los recursos naturales asociados al tramo urbano de este río.

Con él se trata de dar respuesta a las demandas del propio Consistorio y de varias asociaciones ciudadanas, que solicitaron en su día la protección, conservación y la puesta en valor de los recursos naturales asociados al tramo urbano del río.

Para ello, se cuenta con una inversión prevista de 3,5 millones de euros, que actuará sobre una longitud de 4.500 metros para recuperar el espacio fluvial necesario para evitar que este enclave se degrade aún más como consecuencia de la presión de las zonas aledañas, con abundantes vertidos e intensamente urbanizadas, industrializadas, cultivadas e intervenidas por el hombre.

El río Cabra, que atraviesa el término municipal egabrense, al sur de la población y en dirección este-oeste, sufre, en el tramo alto, una serie de problemas de diverso tipo bajo una fuerte presión agrícola y urbana con el paisaje muy fragmentado. Entre estos se encuentran la acumulación de vertidos y basuras, la pérdida de calidad de las aguas, la erosión y desestabilización del cauce y sus márgenes, una grave degradación de la vegetación y la absoluta desconexión del medio fluvial con el entorno tanto urbano, como agrícola o industrial.

Por esto, pretende integrar el río en el conjunto de la localidad, conservar los tramos más estables ecológicamente, restaurar los más degradados y detener los procesos de contaminación, así como eliminar focos de presión e impactos al medio fluvial. Además, persigue acercar la sociedad a los ecosistemas fluviales mediante la protección y aprendizaje de la naturaleza.