Los centros de Cruz Roja de Puente Genil y Baena continúan recibiendo un goteo constante de refugiados sirios. Uno de los que ha llegado esta semana a la localidad pontana es Nuri. Aunque está en España desde hace tres meses, a Córdoba viene procedente de Melilla, y lo hace acompañado de toda su familia, con tres niños pequeños y dando gracias de que en la actualidad todos están bien y ninguno se ha quedado por el camino. Su intención es quedarse a vivir en España. "Me quiero ir a Madrid para encontrar un trabajo", explica. Solo sueña con poder tener una vida mejor, tranquila y segura, aunque sea lejos de su añorado país, al que, de momento, "ni se me ocurre volver". Mientras tanto, intenta asimilar nuestras costumbres, que le resultan completamente ajenas. Y subsiste gracias a la alimentación y el techo que le proporciona Cruz Roja, así como a una ayuda de 160 euros mensuales.

Casi todos llegan a los centros de la institución humanitaria prácticamente sin nada y en un estado de "cansancio total". Así lo explica la subdirectora del Centro de Migraciones de Cruz Roja Puente Genil, Rosa Torres, para quien esta situación que se está viviendo no es del todo nueva. "Desde finales del 2013 se llevan acogiendo personas refugiadas, aunque no con tanto volumen de nacionalidad Siria", afirma. La mayoría, prosigue, ya tienen contactos en otros países de la Unión Europea, por lo que "cuando llegan aquí descansan, toman fuerzas y se van".

"Ninguna familia siria que ha pasado por Puente Genil nos consta que se haya quedado aquí", añade. Sus principales destinos suelen ser Madrid, Barcelona y Almería, aunque siempre pensando en países como Alemania, Bélgica o Suiza como destino final.