El consejero Antonio Ramírez de Arellano manifestó ayer a los medios de comunicación que la reducción de las trabas burocráticas y administrativas «es un deber que tenemos los gobiernos progresistas porque va en relación con la igualdad de oportunidades y las barreras de la burocracia son más fáciles de saltar para las personas pudientes que para las humildes».

El responsable de Economía y Conocimiento de la Junta insistió en que la reducción de la burocracia «va mucho más allá del concepto de ventanilla única, es una filosofía y una cultura de las facilidades que hay que poner en marcha».

A su juicio, el objetivo se conseguirá si se establecen unos principios de confianza, autorregulación de los propios sectores empresariales contra las malas prácticas y la coordinación entre administraciones.

Sobre la Administración General del Estado aseguró que «también deberá participar y tendremos que hablar con el Gobierno de España».

El presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, comentó que «ya hemos mantenido una primera reunión con todos los alcaldes y alcaldesas de los municipios en la que se han puesto de manifiesto las dificultades con las que se encuentra el mundo rural, y que tienen que ver con el desarrollo, el empleo y con fijar la población al territorio rural».

Precisamente, los responsables de la Junta y de la Diputación se llevaron ayer una «hoja de deberes» en campos esenciales como la mejora de las infraestructuras, medidas de apoyo al aprovechamiento sostenible de la dehesa y de los recursos naturales, la formación y los problemas a los que se enfrentan los ganaderos por las férreas limitaciones medioambientales. A.M.C.