El Carpio vivió ayer un hecho histórico, muy esperado a lo largo de los últimos tres años: la coronación pontificia de la Virgen de la Cabeza. El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, fue el encargado de imponerle la corona a la «reina de Sierra Morena» ante la presencia de más de 3.000 personas. Las coronas, tanto de la Virgen como del Niño, fueron llevadas por los padrinos de la coronación, los hermanos Juan, Pedro, Francisca y María López, hijos de los fundadores de esta cofradía. Manifestaron que «este gran momento nos trae al recuerdo nuestros padres, que fundaron la cofradía en el año 1953». El prelado, en su intervención, felicitó al párroco, «que ha hecho este recorrido ayudado por buenos colaboradores», a la comisión organizadora, autoridades y cofradía, y manifestó que «hoy nos encomendamos a la Virgen de la Cabeza con un beso de amor, un gesto simbólico de la devoción y gratitud de todos sus hijos». Una vez que el obispo de Córdoba impuso la corona a la Virgen y al Niño Jesús, se lanzaron fuegos artificiales. La misa fue cantada por el coro de ópera de Cajasur y miembros de la Banda Sinfónica de Córdoba.

La imagen, que el día de antes recibió la Medalla de Oro de la villa, partió de la puerta del sol de la parroquia tras las casi 40 cofradías de la Virgen de la Cabeza llegadas de distintos puntos de España, de hermanos mayores y presidentes de las distintas cofradías de El Carpio, y más de un centenar de mantillas vestidas de negro. La Morenita fue llevada por una treintena de hombre en un elegante paso decorado con nardos, capullitos de te, clavellinas y helechos de cuero.

En el operativo de la organización de este evento religioso han participado en torno a 50 personas junto a la junta directiva, además de voluntarios que se han prestado.

Para este momento la Virgen ha estrenado el manto conocido como «de las luces», por los cinco soles que representa, y un himno que ha sido compuesto por Miguel Romero. El presidente de la cofradía, Pedro Jurado, mostró su agradecimiento a todo el pueblo «porque ha sido un día grande en el que no ha faltado nadie».

La alcaldesa, Desirée Benavides, afirmó que «este evento, a nivel cultural e histórico, es muy relevante para nuestro pueblo, por lo que hemos tratado en todo momento de colaborar con la cofradía debido a la importancia que tiene, incorporando la logística, seguridad, escenario, alumbrado y decoración de las calles».

Por su parte, de diputada provincial, María Dolores Amo, señaló que «el pueblo se ha volcado con esta imagen en un día de felicidad, denotada en la cara de los carpeños en una jornada de ilusión, por lo que felicito a este pueblo y a su alcaldesa».

Tras la misa, la imagen recorrió las calles del pueblo.