--Se cumplen ahora los tres años de mandato de su equipo de gobierno en la Diputación. ¿lo más difícil ya está hecho?

--Bueno, se puede decir que ya tenemos estabilizada la situación. Hemos pasado años muy difíciles, pero ya tenemos organizado de forma efectiva qué es lo que queríamos. Yo hago una valoración muy positiva de lo que se ha hecho. Primero porque el trabajo ha sido intenso. Segundo, porque partíamos de una situación muy delicada y tercero, porque creo que hemos estado al nivel de exigencias que nos habíamos planteado, en un momento tan complicado.

--En este tiempo, ustedes decían centrar sus esfuerzos en recuperar el equilibrio económico de la Diputación y combatir el déficit. ¿En qué medida lo han conseguido?

--Teníamos una deuda que superaba los 200 millones de euros, que era más del 131%, lo que impedía por ley suscribir préstamos e incrementar el gasto. Esa situación al día de hoy ha cambiado, ya estamos a un noventa y algo por ciento de endeudamiento. Esto lo hemos hecho sin dejar atrás una inversión grandísima. Hoy en día, la Diputación de Córdoba tiene la mayor inversión en obra pública de toda Andalucía y con una diferencia espectacular con la Junta.

--Ha habido críticas de la oposición por los retrasos en los presupuestos, en la ejecución de los planes provinciales y el excesivo remanente de tesorería.

--Empiezo por el final. El remanente de tesorería ha sido cerca de 60 millones de euros, que no se podía utilizar porque la legislación vigente nos lo impedía cuando teníamos el nivel de endeudamiento tan alto. No era una decisión del equipo de gobierno, pero en el momento en el que se ha podido rebajar el nivel de endeudamiento se ha podido utilizar ese remanente. Al día de hoy se han utilizado 56 millones de los 60 que había. A la Diputación le quedan en este momento, sin organismos autónomos, solo dos millones para imprevistos que puedan surgir. Y otros dos millones de otros organismos.

--¿Y los presupuestos?

--El retraso de los presupuestos vino dado, sobre todo, porque esta legislatura no ha sido normal. Ha sido una legislatura en la que el cambio del Gobierno central se hizo en noviembre del año 2011 y no hubo presupuestos hasta junio del 2012, y eso condiciona a otras administraciones, como es la Diputación. Si hubiéramos hecho el presupuesto tal y como venía de antes, nos hubiéramos encontrado con un agujero de tesorería importante, porque los cerca de 70 millones que venían para los planes provinciales ya no vienen, de forma que hubiésemos creado unas expectativas que no se habrían cumplido. Este año que ya estamos en el segundo tras esa circunstancia intentaremos tenerlo en el momento correcto.

--¿Y los Planes Provinciales?

--Ahí ya sabéis que esta diputación recibía casi 80 millones de euros, entre la Junta y el Gobierno central. Primero desapareció lo de la Junta y luego lo del Gobierno central. De ese reparto de más de 80 millones ahora repartimos 30. Qué es lo que ha ocurrido, que hemos tenido que hacer una remodelación de los planes. El retraso se debe en parte a esto y en otros casos a problemas técnicos de los proyectos.

--Otro de los escollos económicos importantes, quizás el que más, ha sido el del Consorcio de Bomberos, que sigue siendo una carga importante que también se le ha venido encima a los ayuntamientos.

--La verdad es que ese ha sido uno de los grandes problemas que hemos tenido, han sido más de 16 millones de euros. Pero tengo que decir que con independencia de las críticas que se realizan con este tema, de si es herencia o no, estamos hablando de un asunto en el que hay cuatro personas imputadas. Estamos hablando de una falta de ingresos en la Tesorería de la Seguridad Social y de Hacienda durante más de 10 años. Es algo muy grave con una Administración pública detrás que lo respaldaba y que ha causado un agujero económico en los Ayuntamientos del que seguimos soportando unas cantidades importantes. Y la Diputación, lo que ha hecho es, como haría cualquier familia, intentar aplazar, llegar a acuerdos con la Tesorería y con Hacienda y, algo fundamental, salvar los empleos, porque ni los bomberos ni el personal del Consorcio tenía culpa de lo ocurrido.

--¿Cuál es el estado de salud de las empresas y entes provinciales a día de hoy?

--Pues podemos decir que tienen una buena salud. Es verdad que Epremasa tenía una situación muy complicada cuando llegamos. Hemos equilibrado las cuentas, pero hay un cosa que habría que decir, que no hemos subido las tasas, que era el principio fundamental del que partíamos. Y se acabó la pregunta constante de los periodistas de cuándo íbamos a privatizar las empresas públicas. Yo decía que las empresas públicas se iba a intentar reestructurar y conservar lo público si funcionaba bien. Y al día de hoy podemos decir que esas empresas públicas funcionan bien, siguen siendo públicas, que han realizado una inversión en estos años importantísima, sobre todo Epremasa, y que, si bien es cierto que Emproacsa necesita todavía algunos ajustes, su situación es buena. Aquellos entes que no funcionaban o que no tenían hoy razón de ser se están liquidando, un ejemplo es Sogitur.

--Otro asunto del que también se hablaba al principio del mandato era el de un recorte de personal. ¿En qué quedó?

--Bueno, vamos a ver. Se han hecho diversas actuaciones. Por un lado se han rebajado los sueldos, que era una aplicación legal, y por otro lado, lo que se ha determinado es limitar muchas de las contratas externas. Hay algunas situaciones que son bastante complicadas, como ocurre con el personal del Patronato de Turismo y con algunos puestos en Servicios Sociales y lo que se está haciendo es una revisión de la situación de cada uno. Lo que hemos hecho ha sido acabar con las subcontratas y con algunas externalizaciones que no tenían sentido, porque tenemos personal propio; y todo, manteniendo la paz social, porque todas las revisiones que se han hecho han sido con el consenso con el personal y los sindicatos.

-- ¿Y los asesores?

--También hemos reducido bastante. Nada más que en Presidencia hemos reducido 350.000 euros. Tenemos el mínimo posible. Teníamos claro que había que dar una imagen pública correcta y hemos reducido más del 50% el uso de coches oficiales.

--Se les critica también por no fomentar el diálogo y de llevar a debate las propuestas con escaso margen para las aportaciones de los otros grupos.

--Eso sí que me sorprende, sobre todo escuchando a otros compañeros que han estado en otros mandatos. Nunca ha habido más diálogo en esta Diputación. No solo a la hora de llevar los expedientes, sino que siempre se les dice que estamos abiertos hasta última hora. De hecho ha habido propuestas que se han modificado minutos antes del pleno y se han admitido todas las propuestas de los grupos, incluso en temas como los remanentes de tesorería, las distribución del plan de cooperación, el de empleo, los presupuestos. Yo creo que hay un diálogo fluido...

--Aún así, la oposición no ha sido demasiado beligerante.

--Sí, creo que la oposición ha sido coherente con el papel que tenía. Nosotros siempre le hemos agradecido las aportaciones constructivas que ha hecho.

--En el año que queda por delante, ¿cuáles son los objetivos principales a cumplir?

--Principalmente, como he dicho antes, hemos tenido dos principios fundamentales, que la mayor parte del presupuesto se dedicara a políticas sociales y mantener la inversión para posibilitar el desarrollo y el empleo. En servicios sociales atendemos a más de 70.000 usuarios. Además seguimos invirtiendo. Nada más que en licitación de obra pública tenemos más de un 22% del presupuesto. Creo que estamos dando respuesta a muchas situaciones que no las dan otras administraciones. Así que el año que viene seguiremos trabajando, ejecutando de forma inmediata todos los programas y en la finalización del presupuesto para que los ayuntamientos puedan entrar con buen pie en el próximo ejercicio y en el diálogo continuo con todas las administraciones, que es lo que hasta ahora hemos hecho. Hemos sido una administración inversora en los peores momentos y eso ha permitido la creación de puestos de trabajo y el mantenimiento de muchas pymes.

--¿Estaremos el año que viene haciendo ya la primera entrevista del nuevo mandato?

--Bueno, eso es muy difícil de saber. Esta no es una administración de elección directa. Yo creo que hemos trabajado bien, que hemos hecho lo que teníamos que hacer. También hay un número de diputados importante que depende de los resultados de la capital y creo que el nivel de trabajo del alcalde es muy elevado y que la ciudadanía tiene una opinión muy positiva de su labor. Si valoramos de forma genérica creo que podemos seguir conservando la Diputación y aumentar los votos en algunas comarcas.