Manuel Fernández, el monaguillo, hijo de barbero, que se fue al mundo y terminó siendo periodista, como él mismo se definió, es desde el sábado el nuevo cronista oficial de Villaralto. El corral del Museo del Pastor acogió el acto de proclamación en el que el alcalde, Angel Gómez, tras entregarle el pergamino con el nombramiento y la medalla de los cronistas oficiales de Córdoba, le mostró el sentir de todos sus paisanos "porque hay muchas cosas por hacer por el bien común, la cultura y la historia de Villaralto". Previamente, el alcalde lo definió como una persona "con gran fuerza en sus ideas y en sus convicciones" y un referente íntegro y sólido muy necesario en estos momentos de crisis económica y de identidad "en los que la forma imperante es la mediocridad, que nos ha llevado hacia una sociedad cada vez más irrespirable".

La Corporación municipal, el presidente de la Mancomunidad de Los Pedroches, Juan Díaz; el secretario de la Asociación de Cronistas de Córdoba, Juan Gutiérrez, representantes de los colectivos de la localidad, amigos, familiares o colegas de Diario CORDOBA, como José Luis Blasco y Francisco Carrasco, arroparon al periodista Manuel Fernández, que reconoció sentirse emocionado y nervioso tras haber escuchado al alcalde recordar sus méritos y a la secretaria del consistorio explicar que el nombramiento se produjo por unanimidad de todos los grupos municipales.

Manuel Fernández, que dijo que es como si regresara al pueblo del que nunca se había ido, aseguró que se encomendaba para realizar este nuevo cometido "a la memoria de nuestros antepasados, como aquellos primeros pastores, provenientes de Torremilano, que instalaron su campamento en la cima de la calle Buensuceso" y añadió que "si la patria es la infancia, la madurez debe ser el compromiso con esta patria que es el pueblo que guarda su alma y su memoria en el corral y en las estancia de este Museo del Pastor".

No faltaron las alusiones a la revista El Jardal de la que fue fundador, coordinador y articulista, junto a otros paisanos, y de la que señaló que fue una fórmula de periodismo utópico que "generó en nuestro pueblo uno de los movimientos socioculturales de más envergadura en los años 80". Una revista que, a instancias del Ayuntamiento de Villaralto, la Diputación va a reeditar en formato facsímil.

Su paso por el seminario San Pelagio, que le obligó a dejar Villaralto "cuando no había coches de línea y el mundo se acababa cada día por la calle Real", sus estudios de Ciencias de la Información y Filosofía y Letras, su disposición a prestar servicios a su pueblo desde niño o su columna, El Jardal , en este mismo periódico, se recordaron en un emotivo acto en el que actuó la joven música Tere Dueñas. Fernández concluyó revelando su fórmula para haber salido relativamente ileso en la vida: "Caminar sin sentirse superior ni inferior a nadie, ni siquiera al Rey".