La Aurora ya está en la calle. Como cada San Andrés auroros y músicos han paseado las campanillas en la madrugada castreña "por calles y plazas salen a muñir, /no le temen ni al frío ni al agua, /ni a las malas noches ni a lo por venir".

Del 30 de noviembre al 8 de diciembre las 5 de la mañana marcan el punto de partida para los hermanos de la Bella Aurora, los auroros, de Castro, que continúan con la arraigada tradición de los campanilleros, cuyo origen se enmarca dentro de las manifestaciones de religiosidad popular que giran en torno al Rosario de la Aurora y que servía para despertar a los hermanos y devotos para anunciarles la salida del Rosario, invitándoles a participar.

Quizás si le preguntáramos a algunos de los músicos o cantores que durante nueve noches recorren las calles de Castro del Río por qué salen en la Aurora, no acertarían a explicarlo con claridad. Algunos contestarán el simple "porque me gusta". Otros explicarán que ya desde chicos los sacaba su padre y han continuado con la tradición. Y algún otro responderá que le ha gustado de siempre la música y cantar. La mayoría contará que le gustan las cosas tradicionales de su pueblo y la Aurora es una de las tradiciones más singulares a orillas del Guadajoz y que por eso están ahí. Sea como fuere lo cierto es que esta llamada telúrica y ancestral de la tradición se mantiene viva y con mejor salud que nunca. De ello podemos dar fe con Pedro, de apenas 12 años, con su clarinete a cuestas sin temerle al frío ni al agua. Junto a los más jóvenes también están un buen manojo de veteranos, Cristóbal Reyes, rondando los setenta y que lleva más de cuarenta años saliendo con su clarinete, o José Herencia, también con setenta y tantos, otro veterano músico que no falta a la cita. Uno de los que más se preocupa para que todo esté en su sitio es Antonio Hidalgo, actual albacea, que ha ostentado el cargo en varias etapas y que lleva varias décadas atento a todo lo que rodea a esta celebración, tanto las flores para el paso como los peroles para las migas.

Esta tradición mariana y popular ha llegado hasta nuestros días gracias a la transmisión oral y para encontrar algo de luz en la Aurora de Castro son referencia obligada los distintos trabajos realizados por Francisco Morales, en uno de ellos puntualiza cómo en un documento de 1762 --en donde vienen recogidos los actos que los gremios ofrecieron "a la pura y limpia Concepción", así como a la fiesta de moros y cristianos celebrada con motivo de la erección del Triunfo de San Rafael-- se recogen algunas letras, según el legajo acompañadas con música, dedicadas a la Inmaculada Concepción con la inconfundible métrica y sentido de las coplas de la Aurora actual.

Para Agustín Gómez la idiosincracia de esta manifestación en Castro del Río "es su ambiente dionisiaco su diferencia más jugosa y brillante".

El 8 de diciembre salió la procesión del Rosario de la Virgen de la Aurora de la ermita de Madre de Dios a las 7 de la mañana. Tras la misa todos los asistentes fueron invitados a un buen desayuno de migas ofrecido por la hermandad.

Parece ser que ya en el siglo XIII existía la costumbre de repetir avemarías en número variable y que en el XIII, Santo Domingo de Guzmán se entregó a la difusión del Rosario tras una aparición de la Virgen. La expansión del Rosario la tenemos en el siglo XVI. Metidos ya en el siglo XVIII es cuando comienzan a proliferar las procesiones del Rosario de la Aurora.