Inés Arjona y Rosaura Fernández despejaron ayer la duda sobre su parentesco. Una prueba de ADN vino a confirmar lo que tenían claro desde que se reencontraron hace unos días: son madre e hija. En el plató del espacio matinal El programa del verano , de Telecinco, y con evidentes nervios, Inés adelantaba que "digo que sí" creía que eran familia y Rosaura subrayaba que "si no lo fuéramos, continuaría la búsqueda y seguiré manteniendo contacto con ella".

No hizo falta. Minutos después se revelaba el contenido del resultado y se fundieron en un abrazo entre lágrimas. A esta escena se sumó Juan, uno de los otros tres hijos de Inés. "Yo lo sabía; estaba seguro", dijo el joven con un nudo en la garganta. "Por el parecido lo tenía claro", añadió. Su madre comentaba entre sollozos que esta noticia "para mí ha sido lo más grande del mundo. Desde que le vi la cara sabía que era mi hija".

Este caso saltó a la luz gracias a una vecina de Priego de Córdoba, Mercedes Jurado, que después de años de búsqueda consiguió reunirlas en Alcalá la Real (Jaén), localidad en la que reside Inés. Esta última dio a luz una niña en octubre de 1976 en la maternidad San Juan de Dios de Priego --ahora convertida en un residencia de mayores y entonces regentada por las mercedarias de la Caridad-- y al poco los médicos le dijeron que la recién nacida había fallecido.

EL DOCUMENTO A Inés le dieron a firmar un documento que ella interpretó que estaba relacionado con ese fallecimiento. Pero en el cementerio municipal Santo Cristo de Priego de Córdoba no se recoge ningún enterramiento que coincida con las características de este caso. Además, varias empresas locales dedicadas a las pompas fúnebres han confirmado que los servicios de estas características suelen ser recordados y no tienen constancia de que se produjera ninguno en las fechas en las que Rosaura vino al mundo.

Mercedes tenía constancia de la historia de la niña y quién la había recogido, añadiendo que fue "una prima hermana o prima segunda de mi padre" quien mientras estaba cuidando en el hospital a una tía presenció una noche que una joven entraba al hospital para dar a luz.

Mercedes apunta que Rosario Montoro --la tía de su padre que se encontraba en el hospital--, tuvo conocimiento de que el bebé que esperaba la joven, aún soltera, era el segundo, por lo que la madre de la parturienta "dijo que el bebé se quedaba en el hospital", añade Mercedes.

EL CONTACTO Fue Rosario Montoro quien puso en contacto a una familiar de ambas, María Luisa, de unos 52 años, residente en Sevilla, casada y sin hijos, y que posteriormente se convirtió en la madre adoptiva de Rosaura, a la que se llevaron del centro hospitalario "tras comunicar a la madre biológica que su hija había fallecido".

Mercedes comenzó esta búsqueda en el 2006, tras prometerle a su madre que no haría nada hasta que muriera María Luisa, e hizo gestiones entre el vecindario de la aldea La Poleá-La Carrasca, donde nació Inés, para localizar a esta última.