Un amplio despliegue de la Guardia Civil formado por unos 200 agentes, según el sindicato, y unos 60, según fuentes del instituto armado, desalojó, por orden del juzgado de Posadas, ayer a las 6 de la mañana a los jornaleros del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) que permanecían en la finca Somonte, propiedad de la Junta de Andalucía, y que habían ocupado el pasado día 4 de marzo. La ocupación pretendía evitar que saliera a subasta y fuera vendida a un particular, porque consideran que las fincas públicas deben ser gestionadas por los trabajadores, creando cooperativas y plantando cultivos sociales que generen empleo.

La secretaria provincial del SAT en Córdoba, Lola Alvarez, que participa en la ocupación desde el primer día, explicó que los agentes llegaron a las seis de la mañana para proceder al desalojo. Previamente, dijo Alvarez, "han rodeado la finca y a las seis, sin mediar, han echado abajo la puerta. Nosotros hemos pedido un momento para poder hablar pero nos han dicho que no. No han dado más opción". Añade que los jornaleros no han generado ninguna violencia, "porque nosotros lo que hacemos es resistencia pasiva", pese a lo cual, dijo haber sido agredida por un agente. Alvarez considera ilógico el dispositivo desplegado, porque "con la crisis que hay, el gasto que han mandado para echarnos, que aquí los que estábamos éramos jornaleros y jornaleras, me parece un poco vergonzoso y más de la parte que vienen, porque los ha mandado el Partido Socialista Obrero Español. Y nos mandan como si fuésemos asesinos, acorralados". La intención del sindicato es volver a ocupar la finca apenas tengan ocasión. "Ante un desalojo, otra nueva ocupación", aseveró la portavoz, que además espera recibir apoyos de trabajadores de otros puntos de Andalucía.

Los sindicalistas se quejan del desalojo porque señalan, irónicamente, que el "daño que estábamos haciendo era sembrar lechugas, habas, dar de comer a los animales e intentar poner en valor una finca que está prácticamente muerta".

Después de abandonar la finca, los trabajadores permanecieron en el camino de acceso a Somonte, que estaba fuertemente custodiado por agentes de la Guardia Civil. Los desalojados celebraron ayer por la tarde una asamblea para decidir la estrategia a seguir a partir de ahora.

Diariamente pernoctan en la finca unos 30 trabajadores, que desde que tomaron Somonte el día 4 de marzo han puesto en marcha un huerto y han limpiado las piedras de algunas zonas además de tener algunas gallinas para autoabastecimiento.

Desde la Consejería de Agricultura señalaron ayer que Somonte ha salido a subasta tres veces, sin que nadie haya pujado, motivo por el que ahora se está pensando qué solución adoptar. La finca tiene 360 hectáreas de secano y 41 de regadío.