Tres individuos a los que el fiscal acusa de secuestrar a un joven para pedir a su familia un rescate de 100.000 euros se enfrentan a penas que suman 33 años de prisión. Según el ministerio público los hechos se produjeron a finales de octubre del 2012 cuando los procesados "se concertaron para capturar" al joven y exigir dinero a la familia a cambio de su liberación. Para ello, a medianoche del 29 de octubre dos de ellos abordaron a la víctima --a la que conocían-- en la calle Cañada de Baena cuando se disponía a subir a su furgoneta. Una vez dentro le dijeron que su padre les debía dinero y "querían darle un susto para que pagara" y le amenazaron con una pistola.

Salieron en dirección a la capital y antes de llegar le obligaron a salir de la furgoneta, lo sentaron en la parte de atrás y le taparon la cabeza con un jersey. Circularon durante una hora y luego lo encerraron en una nave durante toda la noche, mientras presionaban a la familia para que pagaran. También pidieron 100 gramos de coca y la propiedad de la furgoneta.

Al día siguiente, la esposa de uno de los encausados --que también está acusada y a la que piden nueve años de cárcel-- se acercó a la casa de los padres del secuestrado y le dijo a la madre que su marido tenía que "dar el dinero, que se habían llevado a su hijo, pero que no le iban a hacer nada".

Según el fiscal, los secuestradores acordaron una cita con la familia para liberar al joven a cambio de dinero, la droga y la furgoneta. La procesada recogió a un tío del secuestrado y lo llevó hasta una gasolinera de la N-432 donde se encontraban los otros dos acusados y el joven. Un dispositivo de la Guardia Civil los detuvo.