La Guardia Civil investiga el robo de alrededor de 11.000 kilogramos de aceituna en una finca ubicada en el término municipal de Santaella. La propietaria, María Dolores Ayllón, ha denunciado el robo, que debió producirse entre las noches del martes y el miércoles y que podría haberse llevado a cabo por una cuadrilla numerosa de personas, ya que varearon unos 300 olivos en poco tiempo. Los asaltantes irrumpieron en la finca a través de la parcela colindante, donde forzaron el candado de la puerta para poder entrar. Según explica la propietaria, los ladrones han realizado numerosos destrozos en los olivos y dejaron los fardos y las varas de hierro porque «lo tenían todo preparado para volver».

La Guardia Civil estudia ahora las pistas que dejaron en el terreno los asaltantes, que incluso cenaron antes de empezar con el robo, así como las huellas que dejaron sus vehículos.

La propietaria cree que éste ha sido uno de los primeros robos que se han producido este año por la zona de Santaella, ya que la aceituna «tiene un mes de retraso» y que incluso la que se han llevado de su finca estaba «aún muy verde y muy dura, así que la paliza que le han dado a los olivos ha sido monumental». De hecho, además del robo en sí, María Dolores Ayllón lamenta el estado en el que los ladrones han dejado la mayoría de los olivos, con numerosas ramas partidas. «Todo el año cuidando de esto, con la Administración que nos tiene hasta arriba de controles y ahora, el beneficio de esa cosecha se lo llevan esos señores», lamenta. Además, Ayllón insiste en que la aceituna robada «no es apta para el consumo», ya que no habían transcurrido los plazos de seguridad estipulados después de haber sometido a los árboles a tratamientos. También critica que haya almazaras dispuestas a comprar aceituna que no tenga acreditado su lugar de origen. Calcula que estos 11.000 kilos de aceituna tienen un valor en el mercado de unos 10.000 euros. «Estos robos no solo afectan al propietario, sino que disminuyen jornales, ya que todo va en cadena», dice.

POCOS EFECTIVOS // La afectada también se queja de que «aunque los equipos Roca de la Guardia Civil funcionan estupendamente, son pocos y siguen faltando muchos medios porque los agentes tienen que estar al cuidado de prácticamente toda la Campiña». Por este motivo, son muchos los agricultores que se organizan para formar retenes y poder vigilar de noche sus fincas. H