A pesar del frío, más de mil personas se dieron cita anoche en la Plaza de San José para celebrar la Candelaria, una fiesta relacionada con las tareas de la aceituna y que tiene el fuego como elemento purificador y mágico. Poco después de las seis de la tarde padres, profesores y alumnos de los diferentes colegios, con sus farolillos encendidos, iniciaron el lento recorrido hasta la plaza, llegando allí justo cuando la noche empezaba a caer. Algunos centros llevaban, además, el Juillas, un monigote de tamaño natural, hecho con ropas viejas y un gran sombrero que encarna todo lo que de negativo ha ocurrido durante el año. En el centro de la plaza les esperaba una gran hoguera encendida, preparada por los trabajadores del Ayuntamiento. Tras las palabras de bienvenida de la concejala de Educación, Pilar Cabezas, los alumnos del colegio Don Alonso de Aguilar representaron el Juicio al Juillas, una representación teatral que acabó con su condena. Finalmente, fue indultado y en su lugar se quemó una caja negra y simbólica en la que se habían escrito ideas no deseadas como maltrato, violencia machista, guerra o intolerancia. Posteriormente, las alumnas del centro de adultos La Rosa de Bulay interpretaron varias canciones de corro y ronda que se bailaban durante las fiestas que se celebraban en los cortijos durante la campaña de recogida de la aceituna. Una vez concluidos los actos, los niños pudieron ya quemar en el fuego sus farolillos.

Esta actividad educativa viene celebrándose de forma conjunta por todos los colegios de Aguilar desde hace más de 17 años, coordinada por el Consejo Escolar Municipal. En enero se preparan los farolillos.