El Ayuntamiento de Lucena está interesado en que se puedan llevar a cabo cuanto antes las obras de limpieza de la zona del Cascajar, ante el problema que puede plantearse si se producen fuertes tormentas este otoño. Los lucentinos recuerdan las catastróficas consecuencias que ha traído consigo a lo largo de la historia el desbordamiento del río a su paso por el Cascajar, la Torca o el Puente Vadillo. Uno de estos desbordamientos, hace ahora medio siglo, se saldó con una decena de muertos y catorce heridos.

Estas obras deberán ser acometidas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquir. El responsable de la zona de la CHG, Antonio Ramón Guinea, confirmó hace un par de meses al alcalde de Lucena, Juan Pérez, su intención de abordar esta actuación. Guinea no desveló entonces más datos del proyecto, y dijo que estaba pendiente de ver la programación de obras del año y la posibilidad de incluirlo dentro del Plan Hidra. El alcalde de Lucena recuerda que al Ayuntamiento se le había informado desde Sevilla de que esa actuación en el Cascajar estaba incluida en el plan de actuaciones. Juan Pérez asegura que es un asunto clave, sobre el que existe además una demanda de actuación de varios empresarios de la zona afectados por deslizamientos del cauce.

La CHG finalizó recientemente las obras relativas al proyecto de restauración del arroyo Vereda de Castro, en el que se invirtieron 241.983 euros. Esta obra fue inaugurada por el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, acompañado por el alcalde lucentino, por Antonio Ramón Guinea y varios concejales. Esta obra estaba incluida en el punto tercero del Plan Hidra, que cuenta con una partida global de 14,2 millones de euros.

Los vecinos consideran que tras la limpieza del cauce del río a su paso por el Cascajar, podría procederse también a la restauración de este área, ya que se trata de un pulmón natural y un importante espacio lúdico donde se celebran actividades como la Feria de Ganado. Destacar finalmente que el Ayuntamiento recuperó hace unos años la fuente del Cascajar, que durante siglos surtió de agua a numerosos lucentinos.