Los trabajos arqueológicos realizados en el sector sureste de la Almedina de Baena confirman que se trata de los restos de lienzo de una segunda muralla, con una altura de más de 4 metros y un grosor de 1,20 metros en la zona excavada. Además, se han localizado restos de viviendas, por lo que todo apunta a que este segundo recinto amurallo pudo erigirse durante los siglos XIII o XIV para contener una zona de arrabal,

La segunda fase de estos trabajos, bajo la dirección de Fernando Javier Tristell, finalizaron en diciembre y han consistido en la realización de cuatro sondeos para determinar el trazado y las características arquitectónicas del segundo recinto amurallado, que discurriría alrededor del primer anillo fortificado de la Almedina y que se uniría a este por donde se encuentra la Torre del Sol. Los resultados preliminares han confirmado los restos de lienzo de una segunda muralla, una obra de mampostería muy similar a la de las torres documentadas en la primera fase. En la cara interna de esta muralla se ha documentado una calle, con más de 2 metros de anchura, que discurría paralela a la muralla y que por su extremo norte se dirige hacia la Torre del Sol, mientras que por el sur hacia el Barrio del Corralaz. Por otro lado, se han localizado muros de contención o aterrazamiento y restos de viviendas construidas a base de cimentación de mampostería y alzados de tapial, cuya cronología se situaría entre los siglos XIV y XV, si bien no se descarta la presencia de hábitat del siglo XIII, tras hallar algunos materiales. Asimismo, se han recuperado objetos bajomedievales.

En conclusión, los resultados apuntan a que este segundo recinto amurallado pudo erigirse para contener un arrabal y solventar los problemas de ocupación de esta empinada ladera, según informan desde el Ayuntamiento. Una ocupación intensiva, a juzgar por la alta presencia de estructuras asociadas a viviendas, que se sitúa cronológicamente entre los siglos XIII y XVII, por los materiales recuperados.