El alcalde de Pozoblanco durante el mandato pasado, Pablo Carrillo, compareció ayer ante la titular del juzgado de instrucción de Pozoblanco, donde ratificó que «nunca actué al margen de la ley y, además, una de las directrices que di desde el primer momento a todos los funcionarios, y ellos lo saben, es que debíamos actuar, como no puede ser de otra manera, amparados por la ley». El exedil, que permaneció unos cuarenta minutos en el juzgado, dijo a la salida que estaba «muy tranquilo» y subrayó que lo que quería es que «esto se aclare cuanto antes mejor». El proceso que se sigue en el juzgado es por una denuncia que hace más de un año interpuso el colectivo de la Policía Local por prevaricación administrativa y malversación de caudales públicos por presuntamente aprobar conceptos salariales para ciertos funcionarios pagando unas compensaciones por tareas no desarrolladas. Aunque el proceso se archivó, lo reabrió la Audiencia Provincial tras un recurso.

Al respecto, Pablo Carrillo dijo que «acusar de cobrar unas retribuciones sin hacer un trabajo es muy grave y una sinrazón». Según dijo, «con esta denuncia se pone en cuestión no solo al anterior alcalde sino a otros departamentos como secretaría, intervención, nóminas, personal y a los representantes de los trabajadores, por eso esto es una sinrazón».

El anterior alcalde manifestó que tiene una confianza plena en todos los funcionarios y dijo que estaba orgulloso de su gestión, ya que, pese a los periodos sin la existencia de un secretario titular, «se sacaron las cosas adelante gracias a los funcionarios con los que cuenta el Ayuntamiento». Igualmente, dio a entender que su paso por el juzgado, «que no es agradable», era una consecuencia del litigio que matuvo con la Policía Local.

Según dijo, «hay quien no sabe dónde escudriñar para desprestigiar, pero uno no tiene nada que ocultar». H