La Virgen de Luna ya está en la parroquia de San Miguel de Villanueva de Córdoba. Al anochecer de ayer se produjo la entrada en la localidad con la ofrenda de los alumnos del colegio que lleva su nombre y con el recibimiento oficial en el Regajito, donde el párroco, Antonio Tejero, le impuso las llaves de los sagrarios de Pozoblanco y Villanueva.

Miles de personas disfrutaron ayer de la jornada de romería en el santuario de La Jara, sin perder de vista las nubes que descargaron lluvia poco después de que la Virgen saliera, a las cuatro y media de la tarde, a hombros camino de la localidad, lo que obligó a colocar una capota a las andas.

Por la mañana, tras la procesión en la que se revoloteó la bandera al toque del tambor, tuvo lugar la misa concelebrada al aire libre en el patio del recinto, a la que puso música el coro romero, dirigido por Pelagio Sánchez. Desde el pórtico de la casa de Villanueva, el sacerdote de la localidad, Juan Moreno, invitó a los romeros a poner en sus vidas a la Virgen de Luna, tras expresar la «alegría» que supone para los «hijos de Villanueva» el regreso de la patrona a la localidad.

En uno de los varales de las andas plateadas de la Virgen de Luna había ayer un lazo negro en recuerdo del sacerdote jarote, Francisco Calero, fallecido hace dos meses y que presidió estas celebraciones durante muchos años.

La alcaldesa de Villanueva de Córdoba, Dolores Sánchez, señaló el buen discurrir de la feria chica de estos días y de la romería de ayer, con la alteración por la lluvia de alguna actividad como el rosario de antorchas de la noche del domingo, que se tuvo que hacer dentro de la ermita.

Por su parte, el presidente de la cofradía-hermandad, Pedro Cañuelo, subrayó el buen ambiente de convivencia y de devoción con el que transcurrió la jornada y los muchos romeros que, pese a la climatología, hicieron los 10 kilómetros del camino a pie.

La Virgen de Luna estará en Villanueva hasta que regrese a su ermita el 14 de octubre y el 24 de febrero volverá a Pozoblanco.