La búsqueda de Miguel Serrano Dobladez, el menor montillano con síndrome de Down que llevaba cuatro días desaparecido en Cazorla, tuvo ayer un triste final. Pasaban unos minutos de las cinco y media de la tarde cuando fue localizado su cadáver, a unos cuatro kilómetros del cámping del Puente de las Herrerías, lugar en el que fue visto por última vez la tarde del pasado jueves y donde pasaba unos días de descanso con su familia. Según informaron fuentes de la Guardia Civil, el cuerpo del menor se encontraba en una zona escarpada, conocida como Poyos de la Mesa. No obstante, al cierre de esta edición se desconocían las circunstancias en las que se habría producido la muerte, ya que aún se esperaba la llegada del juez y el forense, que tuvieron que desplazarse "casi todo el trayecto a pie desde el cámping". Las mismas fuentes precisaron que la noche tampoco facilitaría el rescate del cuerpo, al que ahora debe practicársele la autopsia para conocer cómo y cuándo se produjo el fallecimiento.

En la familia la noticia cayó como "un auténtico mazazo", según comentó a Europa Press el tío del muchacho, José María Serrano, quien se consolaba diciendo que, aunque se encuentran "destrozados", al menos "hemos conseguido encontrar a Miguel, hacía falta conocer qué había pasado con el chiquillo". Además, expresó el "agradecimiento por el esfuerzo de cuantos han participado en el dispositivo" desplegado desde que se perdió la pista a su sobrino, entre ellos, numerosos voluntarios llegados desde distintos puntos de Andalucía.

200 PERSONAS El dispositivo de búsqueda de ayer lo componían unas 200 personas, entre Guardia Civil, bomberos, Cruz Roja y unidades caninas, efectivos del Plan Infoca, Policía Autonómica, técnicos del 112, miembros del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA) y voluntarios ciudadanos y de Protección Civil. El Ayuntamiento de Cazorla convocó a primera hora a sus vecinos para que participaran en las labores de rastreo, fletando varios microbuses hasta el cámping.

Los responsables de los distintos operativos marcaron los puntos que se inspeccionarían en el terreno, muy abrupto y con varios cursos fluviales que dificultan la movilidad, por lo que se estuvo utilizando cartografía militar de precisión.

La familia se aferraba a la idea de que Miguel se encontrara con vida refugiado en algún lugar. "Es una persona fuerte física y emocionalmente y no perdemos la esperanza de que haya encontrado un refugio en el que podamos dar con él", dijo el padre, quien explicó que la desaparición se produjo cuando el chico acudió a una actividad programada por la tarde. "Al no encontrar al grupo de referencia que partió hacia la actividad, decidió buscarlo y, seguramente, se perdió". Confiaban en que mañana pudiera acudir a Sevilla, sano y salvo, a recoger el premio del concurso Andalucía en un Mapa, que le había concedido la Consejería de Educación junto a otros dos niños. Ayer también se trasladaron hasta el cámping el subdelegado del Gobierno en Jaén, Juan Lillo, y la delegada de la Junta, Purificación Gálvez.