El futuro cofradiero en Priego está asegurado, como se puso de manifiesto ayer, una vez más, en el certamen de procesiones infantiles organizado por la hermandad de La Pollinica, en el que tomaron parte más de una veintena de pasos y alrededor de 700 niños con edades comprendidas entre los 2 y los 15 años.

Un acto enmarcado en el programa de las fiestas que la congregación de la mañana del Domingo de Ramos prieguense viene organizando desde hace trece años y que cuenta, edición tras edición, con una multitudinaria participación y un no menos masivo seguimiento.

Como prolegómeno al desfile, la iglesia de San Pedro acogía una eucaristía dirigida a los jóvenes, que daba paso a la salida de la numerosa comitiva, en la que los más pequeños demostraron su apego a una tradición muy arraigada en la localidad. En este desfile, junto a los pasos a pequeña escala de la mayoría de las imágenes que toman parte en la Semana Santa prieguense, no faltaba ni el más mínimo detalle, como por ejemplo bandas de pequeños tamborileros, mantillas, esforzados costaleros, insignias y los atributos que caracterizan el guión de todo desfile procesional que se precie, aunque en pequeñas dimensiones.

Y si la participación de los pequeños cofrades fue numerosa, el público pobló por completo el itinerario del desfile, que tenía uno de sus puntos de interés en la parroquia de la Asunción, donde cada participante recibía una medalla conmemorativa de esta edición.

El colofón a la intensa jornada llegó de la mano de una animada verbena en la plaza de San Pedro, en este caso para grandes y pequeños, con la que se ponía fin a los actos que la hermandad de Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén y María Santísima de la Encarnación, Madre de los Desamparados, ha venido celebrando desde el pasado miércoles, con los más pequeños --como no podía ser de otra manera debido a la idiosincrasia de la misma-- como grandes protagonistas.