La Asociación de Ecologistas en Acción y el Movimiento Ibérico Antinuclear han criticado este jueves que el almacenamiento de residuos radiactivos de media y baja actividad de El Cabril, ubicado en el término municipal de Hornachuelos (Córdoba), "ha recibido óxidos de uranio que no está autorizado para almacenar", sospechando ambos colectivos "que puede haber motivos relacionados con una justificación posterior para una "posible ampliación sin sentido" de la instalación.

A este respecto y en un comunicado, los citados colectivos ecologistas han afirmado que, "en pleno debate sobre su posible ampliación, esta instalación nuclear recibe residuos con millones de años de actividad, vulnerando la limitación de aceptar exclusivamente residuos que no superen hasta 300 años de vida radiactiva".

Además, en estos momentos, "cuando quedan por desmantelar ocho de las diez centrales nucleares que se construyeron en España, el cementerio nuclear de residuos de media, baja y muy baja actividad de El Cabril", que gestiona la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), "se encuentra al 70 por ciento de su capacidad".

Según Ecologistas en Acción y el Movimiento Ibérico Antinuclear, este hecho coincide con otro, el de que "los procesos de desmantelamiento de las centrales nucleares son los que generan una mayor cantidad de residuos, que se transportan por todo el territorio nacional hasta El Cabril", con lo que "es muy probable que los residuos procedentes de Garoña, cuyo cese de actividad se decidió el pasado 3 de agosto, dejen saturado el almacén nuclear, imposibilitando la recepción de materiales provenientes de otras instalaciones nucleares".

La consecuencia de ello, a juicio de estos colectivos ecologistas, es que "Enresa tiene que proceder a la ampliación de El Cabril o a la búsqueda de otro emplazamiento, para tener capacidad para gestionar los residuos que se producirán en el futuro próximo".

Según dichas asociaciones ecologistas, "la industria nuclear española apuesta por duplicar la capacidad de almacenamiento de El Cabril, para permitir el alargamiento del funcionamiento de las centrales españolas y que este cementerio nuclear pueda albergar los nuevos residuos producidos. Incluso Enresa podría plantearse nuevas ampliaciones si fuera necesario".

En cualquier caso, "aunque la temeraria prolongación del tiempo de funcionamiento de los reactores nucleares españoles aplazaría la fecha para encontrar una solución a los residuos de su desmantelamiento, el problema de la capacidad de almacenamiento se vería agravado al incrementar durante ese tiempo adicional la cantidad de residuos a gestionar".

En este contexto, según Ecologistas en Acción y el Movimiento Ibérico Antinuclear, "se ha dado a conocer, tras la publicación del Informe al Congreso del Consejo de Seguridad Nuclear de 2015, que Enresa depositó durante ese año en El Cabril algo más de 111 kilos de óxidos de uranio procedentes de la fábrica de Enusa en Juzbado (Salamanca). Un hecho que contraviene las normas de este cementerio nuclear, que tiene limitada la recepción de estos productos a aquellos cuya vida radiactiva no supere los 300 años, y no admite emisores de partículas alfa".

Sin embargo, "el uranio recibido es un emisor alfa y tiene una vida de millones de años", lo que "demuestra que la industria nuclear se salta sus propias normas de seguridad cuando recibe residuos de alta actividad sin una solución a su gestión. Así, la presencia de estos residuos condena a que el desmantelamiento de El Cabril, que debería producirse 300 años después de su clausura, sea demasiado problemático".

Esto, en opinión de los colectivos ecologistas, podría usarse como "justificación para ampliar este cementerio nuclear, en lugar de buscar otro emplazamiento más adecuado para el necesario almacenamiento de este tipo de residuos radiactivos. La ampliación evitaría así el necesario traslado de esos residuos, que incumplen las normas de seguridad de un cementerio para residuos de media y baja actividad".

Por estos motivos, Ecologistas en Acción y el Movimiento Ibérico Antinuclear han subrayado que "en estas condiciones no tiene ningún sentido la ampliación de este cementerio nuclear", a la vez que exigen el "cierre escalonado de todas las centrales nucleares, para mantener el problema en su mínima expresión, y buscar otro emplazamiento para evacuar los residuos para los que El Cabril no tiene autorización".