Como en otros muchos pueblos, Dos Torres celebró ayer su popular Candelaria. La gran hoguera que se encendió en pleno centro de la Plaza de la Villa fue el acto central de la fiesta, que ha combinado la mejor gastronomía con la música, los juegos tradicionales y las visitas por el conjunto histórico de la localidad. Troncos de encinas secas se emplearon para la candela, que, además de iluminar la plaza, aportó calor en una jornada fría a los numerosos visitantes que se han acercaron hasta Dos Torres. Como novedad, la fiesta ha abarcado dos días, ya que comenzó en la tarde del viernes y continuó ayer sábado.

El alcalde, Manuel Torres, mostró su satisfacción por la afluencia de público y su repercusión en la economía de los expositores y establecimientos de hostelería de la localidad.

Alrededor de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se encontraban los puestos de los mercados francos, en los que se podían comprar objetos de artesanía, tomar un vaso de resol o adquirir morcillas caseras, huevos de corral y dulces como roscos fritos, flores de miel o piñonate que ofrecían diferentes asociaciones locales con fines benéficos. Además, la nueva asociación protectora de perros Peludos de Los Pedroches se dio a conocer.

La decoración y ambientación medieval se reforzó este año con banderitas y colgaduras y alcanzó todos los rincones, como el edificio de los soportales, que acogía los sugerentes platos de la Muestra Gastronómica elaborados por vecinos y colectivos, que fueron degustados por la noche junto a la panceta, el chorizo y las sardinas. Novedad también era este año la Ruta Gastronómica de la Candelaria, en la que nueve bares y restaurantes ofrecieron con éxito al precio de un euro manjares como el pisto usías, el potaje de la villa, la carne en salsa, mazamorra con chips de verdura y almendra laminada o lechoncito frito.

Varios actores de la compañía Uno Teatro se caracterizaron de personajes históricos de Torremilano y Torrefranca, orígenes de Dos Torres, para mostrar en una visita teatralizada los principales monumentos, edificios y hechos históricos y no faltó un mensaje de apoyo al sector del vacuno de leche.

Por su parte, los participantes del taller de voluntariado cultural de mayores de la localidad se encargaron de mostrar al público el Pozo de la Nieve y el entorno del paraje de San Sebastián. La iniciativa de este taller fue seguida por los alumnos del máster de Patrimonio de la Universidad de Córdoba.

El Aula Taurina atrajo a un buen número de aficionados a la tauromaquia, que participaron en clases de toreo de salón, a la vez que hubo una exposición de aves rapaces como halcones, águilas, cernícalos o autillos y exhibiciones de vuelo al puño y al señuelo. Pero participaron más animales en la Fiesta de la Candelaria, como ponys que se podían montar o vacas que se ordeñaron a mano.

La música la pusieron los grupos Jara y Granito y Nostalgia, que animaron los bailes más tradicionales. Otros atractivos fueron la animación de escupefuegos , los paseos en coches de caballos, el baile medieval, los talleres didácticos y juegos como el entrenamiento de caballeros o los zancos.