De las medidas puramente normativas, como la orden de confinamiento de las embarcaciones en los embalses afectados, se pasará a otras de estudio, seguimiento, investigación y tratamiento para luchar en la cuenca del Genil, sobre todo en el entorno del pantano de Iznájar y el de Bermejales, las zonas más afectadas, contra la especie invasora que más daño está causando en las infraestructuras españolas: el mejillón cebra, que apareció en este entorno hace dos años y contra el que luchan desde entonces las administraciones. Para ello, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y la Diputación, en nombre de su empresa de aguas, Emproacsa, firmaron ayer un acuerdo dotado con 160.000 euros y a desarrollar a lo largo de tres años para acotar la plaga y evitar su extensión al resto de la cuenca del Guadalquivir, además de paliar los daños que ya ha comenzado a producir en la zona afectada.

El acuerdo en sí contempla estudiar e investigar sobre la especie, además de localizar sus focos y "hacer una campaña de divulgación para prácticas que no contribuyan a la proliferación de esta especie", que obstruye "los sistemas de riego y canales de agua y merma la calidad de la misma", explicó el presidente de la CHG, Manuel Romero. Más contundente aún se mostró el comisario de Aguas de la CHG, Rafael Alvarez, sobre la necesidad de un trabajo conjunto de todos los organismos para frenar los daños de la especie invasora, una labor en la que la Diputación aportará los recursos humanos y técnicos de Emproacsa (incluidos sus laboratorios) para el proyecto y el control de la calidad del agua, explicó la presidenta de la Diputación, María Luisa Ceballos.

De hecho, parte de la lucha contra el mejillón cebra en el entorno del embalse de Iznájar se basará no solo en el control y en la divulgación de buenas prácticas entre los usuarios de las aguas, sino también en la investigación y en tareas como el análisis físico-químico y biológico, la caracterización térmica de los embalses y un estudio del termoclima, informa la Diputación de Córdoba. Para ello se usarán laboratorios de Emproacsa, uno específico para el control del mejillón cebra y otro físico-químico, microbiológico, cromatográfico, de absorción atómica y de aguas residuales. También la Universidad de Córdoba a través de sus expertos y en unión a Emproacsa participarán en esta lucha, según explicó la técnico Marta de la Cruz.

Más aún, Emproacsa "pondrá en marcha las acciones en el bajo Genil, tramo comprendido desde el embalse de Iznájar hasta la desembocadura en el Guadalquivir", así como en embalses donde la empresa capta agua, es decir: Iznájar, Martín Gonzalo, Sierra Boyera y Puente Nuevo y vigilará áreas próximas a la zona afectada, "como los de Malpasillo, Cordobilla, El Judío, Peñaflor, Vadomojón, Guadalnuño, Retortillo, Bembézar, derivación de El Retortillo, derivación de Bembézar, José Torán, La Breña II, Arenoso, San Rafael de Navallana, Guadalmellato y Víboras, además del canal Genil--Cabra y el del Bajo Guadalquivir".