El uso de las piscinas por parte de los vecinos de los edificios de la empresa Municipal de Suelo y Vivienda (Suvilusa) ubicados en el Plan Oeste-1 de Lucena ha desatado la tensión entre propietarios e inquilinos de los mismos.

La adopción de un acuerdo por parte de la Comunidad de Propietarios de restringir el acceso a la piscina a todos los morosos, crea discriminación hacia los vecinos inquilinos y también de algún propietario, negándoles el uso de las piscinas por el impago de las cuotas de comunidad por parte a algún propietario, así como a los inquilinos de Suvilusa, una treintena de ellos.

El alcalde de Lucena, Juan Pérez, a su vez presidente de Suvilusa, ha dicho que "estamos intentando hacer viable todo el proceso". Pérez apunta que ha mantenido una reunión con los propietarios y los inquilinos para intentar llegar a un acuerdo de consenso, con propuestas, como la de acometer las obras de colocación de unos cierres, para colocarlos nosotros y compensarlo con la deuda que mantiene Suvilusa con la comunidad". El alcalde apunta que Suvilusa está haciendo efectivo el pago corriente de la comunidad de los inquilinos, pero que debe unos 28.000 euros que vienen arrastrados de antiguo, 20.000 euros de cocheras y el resto de viviendas, pero que se está a la espera de recibir 145.200 euros de una subvención de la Junta de Andalucía por la construcción de los 20 pisos-alojamiento de la calle Federico García Lorca, con los cuales poder saldar esta deuda.

El alcalde afirma que se ha propuesto a la Comunidad que los inquilinos de Suvilusa paguen su cuota comunitaria con cargo a la deuda y que se les descuente dicha cantidad del alquiler.

Los pasados fines de semana el malestar se desataba entre los vecinos, cuando a los inquilinos de los distintos edificios se les negaba el uso de la piscina por carecer de la tarjeta que desde la comunidad de vecinos se ha puesto en marcha para poder controlar el acceso a la misma. De esta manera no se deja acceder a los vecinos que no están al día, tanto inquilinos, como a un numero reducido de propietarios que están en la misma circunstancia de impago, algo que se está regularizando en los últimos días.

De estos edificios construidos por Suvilusa, viviendas vendidas y adjudicadas mediante sorteo ante notario, algunos fueron posteriormente devueltos, producto de la crisis, pues sus adjudicatarios no encontraban el crédito bancario necesario para asumir la compra definitiva.

Por su parte, Suvilusa ha estado haciendo frente a las devoluciones pedidas por algunos compradores de las cantidades entregada a cuenta, algo nada habitual en el mercado de la compra-venta de viviendas, donde de no llevarse a cabo la compraventa se pierde lo que el cliente haya entregado a cuenta.

Pero desde el Ayuntamiento y dadas las condiciones económicas de los compradores, personas trabajadores de rentas limitadas se optó por la devolución de las entregas. Esta situación complica la delicada economía de Suvilusa, que mantiene un importante parque de viviendas a las que aún con atractivas ofertas de venta no ha podido dar salida, optando finalmente por alquileres y alquileres con opción a compra.