Los últimos robos de aceituna en el olivar lucentino han hecho saltar las alarmas entre los agricultores, que, tras el parón de recogida por las lluvias, han retomado una campaña que ya comienza a finalizar en Sevilla pero que en la Subbética aún está en plena actividad. La zona más afectada ha sido Balandranes, un área de olivar localizada en los márgenes de la antigua carretera Córdoba- Málaga en dirección Monturque donde los ladrones se han ensañado con 120 olivos y han sustraído más de 7.000 kilos de aceituna, pero donde los daños en los olivos superan con creces el precio del fruto sustraído. Además de estos robos, se han producido otros menores en la zona de El Sello, cercana a Las Navas del Selpillar, y en el Cortijo del Gajo, donde la noche del miércoles se adentraron para intentar robar maquinaria, aunque el delito fue frustrado, pues no la había. Sí la encontraron en la cochera del vicepresidente de la Cooperativa Olivarera de Lucena, en la Plaza del Mercado, donde sustrajeron varias máquinas vareadoras y diverso material valorado en cerca de 12.000 euros.

El presidente de la Cooperativa de Nuestra Señora de Araceli, Antonio Cañete, que coordina la vigilancia en los términos de Lucena y Monturque, ha confirmado esta situación, que ha provocado que se intensifique la vigilancia en el campo. Cañete ha informado de que ahora son cinco las patrullas nocturnas y cuatro las diurnas, a lo que se une el apoyo de los guardas rurales en el ámbito privado, y las fuerzas de seguridad de Estado, Guardia Civil, con sus equipos Roca, Policía Nacional y Policía Local.

Cañete señala que «los robos de estos días posiblemente sean fruto de que la campaña en la zona de Sevilla se está acabando, y prueba de ello es la detención en plena faena de unos ladrones la noche del martes en Casariche (Sevilla) por nuestra empresa de vigilancia, que también presta servicios en esa zona». Cañete apunta que, «si bien hasta ahora los robos detectados han sido de pequeña cuantía, no podemos dejar de mantener la alerta, pues el grueso de la cosecha de aceituna en esta zona está aún por recoger».

Lucena y Monturque cuentan con un servicio de vigilancia nocturna y diurna las 24 horas, un servicio costoso y en el que el Ayuntamiento de Lucena colabora con 12.000 euros y el de Monturque con 2.500 euros.

Según los olivareros, hay dos circunstancias que pueden estar influyendo en el repunte de los robos en la zona. Una de ellas es el alto precio que mantiene el aceite, y probablemente por el hecho de que la cosecha se está presentando incluso más escasa de lo previsto. Los olivareros lucentinos temen una posible luz verde a la rebusca en la zona de Sevilla, algo que, si se da, incrementaría los robos en la zona del término municipal más próxima a la aldea de Jauja, cuyas fincas son colindantes con poblaciones sevillanas como Badolatosa. Por ello se pide que se incrementen los esfuerzos de vigilancia, y algunos de los propietarios de las fincas están ya acudiendo cada noche a sus olivares para intentar impedir que se produzcan los mencionados robos, que de momento, al parecer, no han ocasionado daños tan graves en los olivos como en otras campañas en las que centenares de árboles quedaron prácticamente destrozados.