«Me siento estafada, humillada y cabreada». Así resumía ayer su experiencia la joven Cristina Barea, una de las asistentes al cotillón de Fin de Año que promovió una empresa de Málaga en el Hotel Atalaya de La Rambla.

Las redes sociales se llenaron ayer de quejas contra Eventos Color Sur, una firma con sede en Fuengirola que organizó para la primera noche del año tres fiestas en Andalucía: una de ellas en el Auditorio Príncipe de Asturias de Torremolinos; la segunda, en el recinto ferial de Moguer, en Huelva; y la tercera, en el Hotel Atalaya de La Rambla.

La mayoría de los testimonios coinciden en las «malas condiciones» en las que se desarrolló el evento y en el «exceso de aforo». Según Cristina Barea, «el aforo se excedió con creces, en un recinto que, además, carecía de ventilación». Pese a que los promotores establecieron tres tipos de entradas con precios diferentes, muchos de los asistentes aseguran que todos ellos compartieron espacio y debieron soportar largas colas para acceder al recinto y a las consumiciones. Otro de los aspectos que despertaron más quejas entre los asistentes fue el del transporte hasta el hotel, una situación que se vio agravada una vez concluido el evento.

El cúmulo de despropósitos que denuncian muchos de los asistentes a la fiesta terminó provocando algunos incidentes que, según los testimonios aportados por numerosos testigos, requirió la presencia de varias patrullas de la Guardia Civil y de efectivos sanitarios que debieron atender a un joven con heridas en la cabeza por el lanzamiento de una botella, además de algunos comas etílicos.

Este periódico trató ayer, sin éxito, de contactar con la empresa promotora que, sin embargo, canceló su perfil en Facebook. Igualmente, no fue posible conocer la versión del Hotel Atalaya, recinto donde se celebró el evento (la respuesta del hotel ha llegado a través de un comunicado este martes).