La única incógnita que han despejado hasta el momento Inés Arjona y Rosaura Fernández es que son madre e hija, porque sigue estando en el aire quién la asistió en el parto, quiénes le dijeron que su hija había muerto, qué documento le hicieron firmar y quiénes intervinieron en la adopción de la niña. Son demasiadas preguntas para responder en el poco tiempo en que se ha destapado este engaño. Su ventaja respecto a otros casos de bebés robados es contar con la prueba de ADN, cuyo resultado conocieron el pasado lunes.

A Priego para dar a luzen la maternidad

Inés, de 22 años en aquel entonces, natural de la aldea de La Poleá-La Carrasca, perteneciente a una familia de 14 hermanos, soltera y embarazada por segunda vez, acudió el 26 de octubre de 1976 a la maternidad San Juan de Dios de Priego de Córdoba --regentada por las mercedarias de la Caridad-- para dar a luz. Ese mismo día nació su hija. Inés asegura que, tras parir, "me dijeron que se llevaban a la niña para arreglarla" y que al cabo de un rato "aparecieron dos médicos", a los que describe --"uno era alto y recio, y el otro era más bajo"--, pero de los que desconoce sus nombres. Relata que "muy serios me dijeron: 'Tiene usted que firmar esto porque a la niña le ha dado una meningitis y ha muerto'. Firmé, me dieron el alta y no he vuelto a saber nada hasta ahora".

Inés firmó el documento en la creencia de que estaba relacionado con ese fallecimiento. Sin embargo, en el cementerio municipal no hay registro alguno de enterramiento que coincida con este caso. Además, varias empresas locales de pompas fúnebres han confirmado que los servicios de estas características suelen ser recordados y no tienen constancia de que se produjera ninguno en las fechas en las que nació Rosaura. Se vislumbra de esta forma el primer paso del engaño. Inés recibió el alta dos días después.

La 'causa de la muerte'de la niña

Según Inés, los médicos le dijeron que la niña había muerto de meningitis, un infección que afecta a las membranas que envuelven el cerebro y la médula espinal. El recién nacido puede contraerla a través de su madre antes o durante el parto, si bien tras el nacimiento, el origen de la infección suele estar en el hospital. Nada de esto pasó, ya que Rosaura está viva y la causa de la supuesta muerte se cae por sí sola. La meningitis afecta a dos de cada 10.000 recién nacidos a término y con peso normal y a dos de cada 1.000 recién nacidos con bajo peso, según los estudios de la Sociedad Española de Pediatría,

pero no se conocen casos de que el bebé muera con tanta rapidez, apenas unas horas después de nacer, ya que la infección tarda incluso días en desarrollarse.

Un testimonioindirecto

De este breve proceso, de apenas unas horas, hay testimonios de referencia. Mercedes Jurado, la vecina de Priego que ha conseguido reunir a madre e hija, aporta un buen número de datos. Una prima de su padre estaba cuidando en el hospital a su tía cuando se enteró de que una joven había ingresado para parir. Rosario Montoro --que así se llamaba la tía--, tuvo conocimiento de que el bebé que esperaba la joven era el segundo, por lo que la madre de esta "dijo que el bebé se quedaba en el hospital".

El relato se completa con la intervención de Rosario Montoro. Contactó con un familiar de ambos, María Luisa, casada, de 52 años, residente en Sevilla, sin hijos e interesada en adoptar. Mercedes cree que se llevaron a la niña después de comunicarle a la madre que la pequeña había muerto. Cabe aquí un apunte: las comunicaciones por carretera eran muy distintas a las actuales. De Sevilla a Priego en coche se tardaban alrededor de cuatro horas, lo que parece indicar que la familia sevillana estaba avisada de la intención de dar a la niña, por lo que planea la implicación de personal de la maternidad.

La falta dedocumentación

La ausencia de papeles es un serio obstáculo para desentrañar lo que ocurrió. Los archivos están custodiados por la Fundación Hospital San Juan de Dios. "En muchas áreas nos faltan documentos y guardamos un libro de actas. No hubo una preocupación por conservar" registros, según reconoció a este diario el sacerdote Pedro Crespo, presidente de la fundación. La familia de Inés ha conseguido, de momento, ver --que no tener-- una hoja en la que se recoge su entrada y alta y que el parto se desarrolló "con normalidad". No aparece registrado ni el doctor que la atendió ni la matrona ni ninguna otra referencia o dato significativo que pueda arrojar luz, ni mucho menos que la niña murió, como dijeron los médicos. Rosaura afirma que guarda en su casa de Sevilla un recibo de provisión de fondos de 65.000 pesetas por la tramitación del expediente de inscripción en el registro civil de Sevilla y su madre adoptiva "escribió a lápiz el nombre del procurador".

La maternidad San

Juan de Dios

Esta institución estaba regentada por las mercedarias de la Caridad, que abandonaron Priego hace trece años. Comenzó su actividad en 1954 y se cerró en 1984 ante la caída de la natalidad y la puesta en marcha del hospital de Cabra. Pocos rastros dejaron estas religiosas. "Por aquí pasaban todas las mujeres de Priego porque no había otro sitio para dar a luz hasta que se abrió el hospital de Cabra", subrayó Crespo.

La fundación, si bien en un principio se mostró dispuesta a colaborar, se negó a facilitar información a este diario y su presidente señalaba en una carta que, "tras realizar consulta con nuestro asesor, nos ha sido comunicado que facilitar a Diario CORDOBA la información que se nos solicita podría vulnerar la Ley Orgánica de Protección de Datos".

Reencuentro en

Alcalá la Real

Mercedes Jurado prometió a su madre que hasta que no muriera María Luisa no desvelaría lo que sabía. En el año 2006 se puso en marcha y contactó con varios vecinos de La Poleá-La Carrasca. Inés vivía desde hace tiempo en Alcalá la Real, donde se instaló con su marido, Antonio (ya fallecido), después de ser rechazada por sus padres. Antonio siempre mantuvo que la niña no era suya.

Rosaura también investigó, pero no consiguió resultados. "Mis padres adoptivos no querían hablar del tema, repetían una y otra vez que tenían miedo", comentó el día del reencuentro. La reunión familiar tuvo lugar el 7 de julio en Alcalá la Real. Rosaura llegó con su marido y sus tres hijos e Inés estaba acompañada de dos de sus hijos; tiene una hija en Valencia que no pudo acudir. Desde ese momento sintieron la necesidad de aclarar lo que había sucedido y el primer paso, confirmar su parentesco con las pruebas de ADN, ya está dado. Queda ahora conocer hasta dónde van a llegar.