Más visitantes y mayor generación de empleo. Estos son los dos aspectos fundamentales que destacó ayer el Ayuntamiento de Montilla de la última edición de la Fiesta del Vino y la Tapa , que se clausuró el sábado en el recinto ferial. Por ello, y ante la «capacidad dinamizadora» de este evento, el equipo de gobierno se plantea su «reubicación» dentro del calendario festivo local.

«Esta edición ha sido un reto al cambiar de escenario y de ingredientes, ya que se incluía el aceite, y debemos hablar positivamente de estos cambios porque ha habido más afluencia de gente, según las estimaciones de los hosteleros», destacó el delegado de Promoción Económica, Innovación y Turismo, Manuel Carmona, quien anunció que, dado el «poder atrayente» de este evento «por sí mismo», para el próximo año se plantea un posible cambio de fecha «para atraer a nuevos turistas en otra época del año».