La mujer de Posadas que ha denunciado a su marido -del que está en trámites de divorcio- hasta en siete ocasiones por no permitirle ver a sus tres hijos desde el 25 de julio, ya disfruta desde anoche de la guardia y custodia provisional de los menores tras el acuerdo alcanzado con el progenitor en el juzgado número 1 de la localidad malena, donde ambos acudieron ayer a declarar.

El primero en salir tras declarar fue el marido, que se marchó aceleradamente sin hacer ningún comentario. Unos veinte minutos después salió la madre, visiblemente emocionada y contenta, acompañada por su abogado y por varios familiares y señaló que «por fin esta noche podré estar con mis hijos después de 17 días sin verlos, porque el bienestar de ellos es lo primero. Han sido dos semanas muy duras porque los niños no han estado nunca más de cinco horas separados de mí». Según comentó la mujer, y fue corroborado seguidamente por su abogado, Sebastián Espinosa, ella tendrá la tutela de los menores de forma provisional hasta que se celebre el juicio, previsto para octubre, mientras que el padre podrá visitarlos los martes y jueves y disfrutar de ellos en fines de semana alternos.

En el acuerdo, según indicó una hermana de la madre, esta ha renunciado a los quince días de vacaciones que le correspondían en agosto y a la orden de protección que había solicitado, «un ejemplo de generosidad por su parte». Sin embargo, Fernando Bajo, abogado del marido, ha afirmado a este periódico que el régimen de visitas de su cliente comenzará el 1 de septiembre y que en lo que resta de agosto el padre no verá a los niños, entendiendo que a la madre le corresponde ahora su periodo vacacional después de los 17 días que el marido ha tenido a los hijos desde el 25 de julio. Por otra parte, Sebastián Espinosa añadió que las diligencias penales siguen su curso y las civiles continúan hasta que las medidas definitivas sean ordenadas por el juez correspondiente. Asimismo, precisó que en el pacto «han tenido que ceder las dos partes, con intermediación de la jueza, anteponiendo siempre el interés de los menores».

Durante la mañana, el intento de llegar a un acuerdo sufrió algún vaivén, pues lo que finalmente se ha pactado se pudo firmar antes, ya que ambos progenitores estaban de acuerdo, pero el abogado del marido se opuso tras indicárselo a su cliente telefónicamente.

El abogado de la mujer no quiso ahondar en el contenido de las siete denuncias ni confirmar si una de ellas es por maltrato psicológico. Sobre este asunto, el letrado del marido afirma que en el acuerdo ha quedado reflejado que la otra parte retira la acusación penal por maltrato psicológico y la orden de protección, «lo cual no entendemos ya que es una acusación grave y tendrá que acreditar que ha existido, si no, la demandaremos por denuncia falsa». Y añade que «ha quedado certificado que el domicilio familiar está en Montilla y que el divorcio se resolverá aquí».