Los vecinos de Casa Tejada, en Lucena, viven con miedo al ver que el desprendimiento de la ladera que avanza hacia sus viviendas. El temporal ha agravado los problemas de inseguridad ocasionados hace más de tres meses por el derrumbe de un talud en la ladera del río Lucena. El pasado domingo el suministro de agua potable quedó cortado por la rotura de la tubería que está localizada en dicha ladera. Ayer a primera hora de la mañana, los operarios de Aguas de Lucena trabajaban en la instalación de unas nuevas conducciones que, de forma provisional, devuelvan el suministro a las viviendas localizadas en este núcleo urbano diseminado.

El concejal de Obras, José Cantizani, informó de que «los trabajos urgentes para restituir el suministro de agua potable se verán complementados con otra actuación a medio plazo que permita solucionar de forma definitiva la existencia del talud a la altura de las viviendas». Según Cantizani, «la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha asegurado que el avance de la ladera no vaya a más, pero no ha restituido el firme, de ahí que no se haya eliminado el riesgo que preocupa a los vecinos». Apunta que «el Ayuntamiento ha iniciado un estudio geotécnico de la zona antes de decidir la actuación a realizar».

La empresa Tragsa, adjudicataria de la obra, ha dado por concluidos sus trabajos sin haber restituido los daños de la ladera. Según los vecinos, los operarios les han manifestado que la ladera no es competencia de la Confederación Hidrográfica.

Cuando hace poco más de un mes Tragsa iniciaba los trabajos en Casa Tejada, dos meses después del desprendimiento, el responsable de la obra comentaba a CÓRDOBA que ésta carecía de presupuesto de salida, pues pueden surgir imprevistos por la complejidad de la actuación, que en principio se trata de restituir una escollera de unos 70 metros de longitud, con un ancho de 4 metros y posteriormente la actuación hasta lo alto de la misma en la zona de las viviendas.