El castillo de Almodóvar del Río es uno de los mejores ejemplos de fortaleza medieval que hay en España. Su historia no sería la misma, o quizá ni siquiera existiría, sin la intervención de Rafael Desmaissières y Farina, 12 conde de Torralva, que llevó a cabo la última y gran restauración del castillo entre 1902 y 1936, ya que a partir de esta fecha sólo se han producido reparaciones o adaptaciones de cara al turismo.

La vida y obra de este personaje ilustre y pintoresco se descubren ahora a través de visitas guiadas teatralizadas durante los fines de semana y días festivos destinadas a grupos reducidos previamente concertados, un público más selectivo e interesado en conocer en profundidad la parte de la historia del castillo vinculada al conde sevillano. Se trata de un producto turístico que está en plena fase de promoción tras haber superado con éxito varias pruebas con espectadores de Almodóvar.

El actor local Antonio Barrera Gallego interpreta a la perfección el papel de Torralva, empapándose de la vida del conde, que se ha podido comprobar en sus diarios. Fue una persona que viajó por todo el mundo, meticulosa, detallista, todo lo medía y lo anotaba en sus libretas, como la longitud a pasos de las grandes avenidas de Nueva York, donde presenció la colocación de la Estatua de la Libertad en 1886. Interesado por los grandes inventos de la época, introdujo en nuestro país desde Inglaterra el velocípedo. Tras adquirir el castillo, invirtió su fortuna en la reconstrucción, que no pudo ver culminada al morir en 1932. Con el estallido de la Guerra Civil, las obras se paralizan y ya no se retomarían, aunque en el proyecto del conde se reflejaban otras actuaciones, cuya ausencia no se aprecia a ojos del turista. La restauración corrió a cargo de dos prestigiosos arquitectos, Adolfo Fernández Casanova, desde 1902 a 1915, y Antonio Illanes, hasta 1936.

Antonio Barrera, acompañado en la representación por Angela Toledano en el papel de Sagrario Pérez y Castilla, gobernanta del servicio y sirvienta personal del conde, señala que "ha sido una tarea difícil sintetizar la intensa vida de Torralva en relación con el castillo. Hemos hecho un recorrido por el palacio neogótico, biblioteca y capilla, que es lo que incorpora a la fortaleza para su vivienda, y hacemos una pequeña visita a la torre del homenaje, mazmorra y otras dependencias. En definitiva, ha sido una experiencia maravillosa y espero que a los visitantes les guste tanto como a mí me ha encantado interpretarlo".

A esta representación, se suma la del Mayordomo del Rey Pedro I el Cruel, que lleva realizándose un año para un público más amplio. Y por si fuera poco, a mediados del próximo mes de enero se van a hacer los ensayos de un nuevo proyecto teatralizado consistente en una ruta nocturna con las leyendas y misterios del castillo de Almodóvar y otros castillos medievales, pero sin obviar el rigor histórico.