Este año no se llevarán a cabo en la Cueva del Ángel de Lucena trabajos de excavación ni de investigación. Así lo ha informado el arqueólogo responsable de la Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana, Cecilio Barroso, que lleva vinculado al proyecto de la cueva una veintena de años. Este verano, la habitual campaña de trabajos con voluntarios se empleará en concluir las tareas de inventariado de todo el conjunto de restos arqueológicos aparecidos en las diferentes campañas de excavación, una fase imprescindible previa a la remisión de dichos restos a la Junta de Andalucía.

Barroso señala que, «antes de seguir con las excavaciones, es necesario cumplimentar este paso de inventariado y remisión del material, que después nuevamente se devolverá a Lucena». Los trabajos se han iniciado ya en el centro educativo de Los Santos, bajo la dirección de Barroso, y en ellos participarán hasta el 31 de agosto, entre otros, grupos de estudiantes de la Universidad de Vizcaya de México. Barroso señala que «está previsto que a lo largo de este verano nos visiten distintos investigadores interesados por conocer nuestro trabajo provenientes de universidades de México, Burgos o Tarragona».

El arqueólogo apunta que «se ha fechado para el verano del año 2019 una nueva fase de trabajos de búsqueda de materiales arqueológicos en la última excavación sistemática planificada en la Cueva del Ángel».

La Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana ha dado a conocer las últimas dataciones cronológicas procedentes de materiales arqueológicos hallados en la cueva, unos dientes de caballo, localizados en una de las últimas excavaciones desarrolladas en el yacimiento, que presentan una datación histórica de hasta 350.000 años.

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El hallazgo forma parte de un trabajo de investigación publicado en la revista Quaternary Geochronology con la firma conjunta de los arqueólogos e investigadores C. Falgueres, B. Ghaleb. O. Tombret, E. Ben Arous, A.M. Moigne, T. Saos, M. Frouin, Miguel Caparrós y el propio Cecilio Barroso, representando al Museo Nacional de Historia Natural de París, la Universidad de Quebec y Montreal, la Universidad de Burdeos, el Laboratorio de Investigación Arqueológica de la Universidad de Oxford y la propia fundación con sede en Lucena.

Para Cecilio Barroso, toda la información que se va conociendo gracias a los estudios con participación de autores internacionales de prestigio avalan la tesis de presentar a la Cueva del Ángel como «el mismo paraíso para los homínidos», pues hablamos de una cavidad «que permite que se mantenga el fuego, situada en una zona de clima mediterráneo con mucha cantidad de agua y una gran fauna, que invitaría a tener un modelo de vida muy alejado de los climas de centro y norte de Europa».