Bujalance bien merece una visita. Son muchos los que desconocen que su casco antiguo fue declarado conjunto histórico-artístico por el Consejo de Ministros el 27 de julio de 1983 debido a su homogeneidad y por ser un magnífico ejemplo de la arquitectura andaluza típica. Además, fue nombrado como candidato para la elección de las siete maravillas de Córdoba. Las ermitas de Nuestro Padre Jesús y de la Vera Cruz, el Hospital de San Juan de Dios, el Monasterio de San José y Santa Teresa, la Casa Consistorial, el Arco y la plaza Mayor, las iglesias de San Francisco y de Nuestra Señora de la Asunción, las casas señoriales, el Castillo de la Alcazaba, el Museo El Hombre y su Medio o el Centro de Interpretación del Aceite y del Olivar son algunos de los puntos de interés que se pueden visitar en la localidad.

Aunque su riqueza patrimonial y monumental es notoria, en Bujalance destacan igualmente lugares que por conservar su esencia han de ser considerados un patrimonio natural de infinito valor en tierras de la campiña. Destaca el arroyo de la Zarzuela, situado en la carretera de Villa del Río, la CO-292.

Aunque en otro tipo de paisaje pudiera ser considerado una simple mancha de árboles, en la campiña sobreexplotada es interpretado como una verdadera isla natural para multitud de especies. Es el único lugar del término municipal donde se conserva una adecuada muestra del bosque mediterráneo que cubría la campiña en su origen y el bosque galería propio de las vías fluviales de ésta.

Bujalance destaca también por la presencia de una de las colonias más importantes de avutardas, además de por la existencia de un entramado de vías pecuarias (algunas son antiguas calzadas romanas), caminos y senderos que permiten adentrarse en el paisaje andando, en bicicleta o a caballo.

Gracias a su riqueza en aguas subterráneas, Bujalance llegó a tener una amplia red de fuentes repartidas por su casco urbano y situadas en distintos llanetes de la localidad. Las fuentes que existían en el casco urbano ya se encuentran desaparecidas, pues fueron tapadas en el proceso de urbanización y modernización del alcantarillado. Otras, que se encuentran a las afueras, como la Fuente del Pilar o la Fuente del Chorro, constituyen verdaderos monumentos emblemáticos de la zona.