Artesanos, lavanderas, panaderías, un zoco, la carpintería, la herrería... El municipio de Torrecampo acoge un belén viviente mañana sábado y el domingo, una iniciativa que ya se desarrolló el pasado año superando todas las expectativas de público. Casi 300 figurantes y el casco histórico a su servicio para recrear más de 40 ambientes y 20 escenas en plazas emblemáticas de la localidad y alrededor de monumentos como la iglesia de San Sebastián, el templo gótico mudéjar del siglo XIV, la casa Museo Posada del Moro del siglo XV o el Pósito Municipal.

Hogueras, puestos de artesanía y alimentación, mujeres asando castanas o partiendo aceitunas, San José en la carpinteria, animales en vivo... Todo es poco para recrear este gran belén viviente, una iniciativa surgida de la colaboración entre el Ayuntamiento y los propios vecinos, que con su participación son los que la hacen posible.

El Castillo de Herodes, la Anunciación a los pastores, los Reyes Magos o el pesebre con el Nacimiento, y todo ello perfectamente ambientado en las vestimentas de los figurantes, los animales presentes y la multitud de rincones pintorescos entre porches, cobertizos y esquinas de piedra. Nada falta en esta escenificación, que se celebra a partir de las 17.00 y hasta las 22.00 horas.

COSTUMBRES Y GASTRONOMIA En esta edición, la Peña Cultural Belén Viviente de Torrecampo ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento por el que el Consistorio se encarga de fijar las estructuras de las diversas escenas --unos 5.000 metros cuadrados de montaje--, y la Peña organiza a las personas participantes en el belén y coordina el desarrollo del mismo. Como curiosidad se puede destacar que se trata de un belén en el que se integran las costumbres, la gastronomía y el folklore de la tierra, señala Adrián Pérez, uno de los responsables de la organización. Por ello, están presentes la matanza, la quesería y las castañeras, pero también el horno de leña para hacer pan, las migas hechas por los pastores o la fragua. Todo es real, nada es ficción. Además, este belén viviente es una buena muestra de que si existe implicación vecinal, con el apoyo de los colectivos del municipio, un sueño puede materializarse. Y ya el año pasado fue posible. Por las calles casi no se podía caminar. La respuesta de público fue todo un éxito, y la organización espera que en esta edición se iguale o se aumente.

Desde hace algunas semanas, varios operarios municipales trabajan para el montaje de las escenas con la idea de que todo esté perfecto. Para financiar el evento, el municipio colabora mediante donaciones y la compra de calendarios de bolsillo y de pared distribuidos por los organizadores del belén viviente. Además, aprovechando la ocasión se instalan puestos de venta de productos ibéricos o churros, entre otros. También hay una serie de actividades paralelas, como actuaciones musicales, muestra de repostería tradicional, exposiciones de bolillo, realización de labores artesanales o mercado navideño.

Una visita a este belén se presenta como la excusa perfecta para conocer Torrecampo, cuyo origen se remonta a la época medieval y que ofrece un rico patrimonio artístico.