El gran reto de esta cueva situada junto al puente de la Maturra es la apertura al público, un reto que se plantea a corto plazo. De un extraordinario valor didáctico, la visita guiada a la cavidad contemplaría sus extraordinarias representaciones geomorfológicas en yeso, con una amplia red de cristalizaciones y con conductos de grandes dimensiones, incluidos los tres lagos visitables. Una zona más profunda de la cueva se destinaría a un turismo de aventura, un reclamo cada vez más demandado. La cueva del Yeso se formó con materiales del Triásico, con unos 220 millones de años de antigüedad. Su formación, con materiales procedentes de la Subbética, responde a la confluencia de dos cursos de agua, el río Guadajoz y el arroyo Salado, a lo que hay que sumar un tercer punto acuático en la parte superior donde surgió un gran depósito de agua.

Los estudios más recientes dejan abierta la puerta a nuevos descubrimientos en el interior de la única cueva levantada en terreno de campiña y, por tanto, a la ampliación de un recorrido que actualmente ya supera los dos kilómetros.