En la primera fase de intervención en el castillo se han llevado a cabo tareas de limpieza y consolidación del mismo, junto con alguna reconstrucción volumétrica. Sin embargo, ahora se llevará a cabo la intervención más impactante visualmente, ya que pretende reintegrar los volúmenes del castillo.

Estos volúmenes han sido muy diferentes durante las distintas épocas del recinto, ya que en el siglo XIV tenía funciones militares y a partir del XVI uso palaciego que llega hasta casi el XIX por lo que se abren puertas, se transforman las torres y se ocupa el patio de armas. A mediados del siglo XX se incorporan al patio cinco depósitos de agua para abastecer a los ciudadanos.

Este ambicioso proyecto que promueve el Ayuntamiento de Baena comenzó hace seis años con las excavaciones para liberar los restos que permanecían enterrados. Eso permitió que afloraran muchas estructuras desconocidas hasta ese momento. Un ejemplo es una puerta de la que no se tenía conocimiento del siglo XIV.

López Osorio ha comentado que poner en valor todas las fases históricas del edificio se ha convertido en el aspecto en el que basan toda la intervención de puesta en valor del castillo. El objetivo es conservar los elementos históricos materiales que estaban visibles, incluyendo los nuevos hallazgos, además de incorporar un uso.

Hay que recordar que a finales del siglo XIX se usó como cantera de material de construcción lo que produce una situación singular: el castillo no tiene presencia territorial y casi ni urbana. Por eso el proyecto supone una restitución importante de volumenes, que permite la recuperación del perfil urbano.