Esta infraestructura aprovecha las aguas del embalse de Iznájar, lo que supone una garantía prácticamente absoluta aún en los años de máxima sequía. Aunque inicialmente la Estación de tratamiento de agua potable (ETAP) solo entraba en explotación en los meses de mayor demanda de agua, progresivamente ha ido aumentando su aportación y en la actualidad funciona durante todo el año, aunque se encuentra al límite de su capacidad en los meses veraniegos, por lo que resulta imprescindible su ampliación. Esta actuación correrá a cargo de los fondos Feder, por lo que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir afrontará el 80 por ciento de la inversión, mientras que el 20 por ciento restante procede de la aportación de la Empresa Provincial de Aguas de Córdoba (Emproacsa).