El cáncer de laringe puede tener como consecuencia la extirpación de este órgano, lo que impide a quien pasa por este proceso volver a hablar de forma tradicional. Este cáncer es mayoritariamente masculino, aunque también afecta a las mujeres, y se diagnostica de forma más frecuente a partir de los 50 o 55 años.

En el hospital Reina Sofía se registran cada año unos 40 nuevos casos de cáncer de faringe y laringe y, de los mismos, alrededor de 15 pueden ser candidatos a una nueva técnica de cirugía fonatoria que permite hablar a los enfermos laringectomizados (sin laringe), apunta, con motivo de la conmemoración hoy del día mundial de la voz, el coordinador de la sección de oncología de cabeza y cuello del hospital cordobés, el otorrino José Gutiérrez. Este experto está dedicado a esta parcela médica junto al también doctor Leonardo Rodríguez.

Aunque la tendencia es intentar preservar la laringe hay ocasiones en las que no es posible. «Esta nueva cirugía consiste en que a pacientes que son candidatos a la misma, después de hacerles un riguroso estudio, les implantamos una prótesis fonatoria que favorece que sus beneficiarios comiencen a comunicarse oralmente antes de recibir el alta hospitalaria», señala Gutiérrez.

«Hace muchos años ya implantábamos en el Reina Sofía otra prótesis fonatoria, pero ese modelo empezó a dar complicaciones. Más recientemente surgió una nueva prótesis y hemos comenzado de nuevo a ponerla y hasta el momento hemos colocado una decena, además de un número también reseñable de recambios de la misma, incluso a pacientes de otras regiones», indica este doctor. Este tipo de prótesis se están utilizando en otros hospitales andaluces, aunque no en todos, y en Córdoba solo se implantan en el Reina Sofía.

Para Gutiérrez, «se trata de un gran avance, ya que una de las cuestiones que más preocupa a las personas a las que se les extirpa la laringe debido al cáncer es no poder hablar. La implantación de esta prótesis se realiza aproximadamente al año de la cirugía en la que se extirpa la laringe afectada por un tumor, si bien en algunos hospitales se coloca en el mismo acto quirúrgico».

Con este sistema, prácticamente todos los pacientes sin laringe pueden hablar en un tiempo prudencial. Cuando un paciente se somete a una laringectomía total, debido a un proceso oncológico, y una vez superado el tratamiento (que en algunos casos puede durar meses), el enfermo debe afrontar la rehabilitación, necesaria tarea para la que se cuenta ahora también en el Reina Sofía con la logopeda María J. González. La adquisición de la voz puede hacerse de forma erigmofónica (a través del esófago) o mediante prótesis fonatorias. El sistema tradicional (la voz erigmofónica) es el que siempre han usado este perfil de pacientes.

La primera

La primera beneficiaria de la implantación de estas nuevas prótesis fonatorias en el Reina Sofía fue Toñi Sánchez, vecina de Villaviciosa de 50 años. Toñi, peluquera de profesión, había superado, antes de saber que tenía cáncer de laringe, un cáncer de mama, sin que haya existido relación entre la primera y la segunda enfermedad.

El cáncer de laringe se lo diagnosticaron hace tres años. «Me noté que no podía tragar bien. Yo fumaba, pero poco. Tuve la suerte de que cuando me extirparon la laringe no me tuvieron que poner tratamiento. Pero lo he pasado muy mal, porque tras el cáncer de mama me había reconstruido el pecho y creía que todo había terminado. Sin embargo, el cáncer volvió. No dejaba de llorar al saber que me quedaba sin voz, porque soy una persona muy abierta, que me gusta conversar, así que decidí aprender a hablar con el esófago», relata esta paciente. «Cuando en el hospital me ofrecieron ponerme la prótesis tenía mucho miedo, pero conocí a un chico de Málaga que ya la tenía y me decidí. Lo único que quería era morirme por haberme quedado sin voz, pero la prótesis me ha dado la vida, pues aunque hablaba muy bien con la voz esofágica me costaba mucho trabajo. Pero con la prótesis no te cansas y puedes hablar perfectamente», resalta.

Más testimonios

Otro de los pacientes que ya tienen implantada una prótesis es Félix Rodríguez, también vecino de Villaviciosa, de 62 años. Félix supo, cuando ya estaba prejubilado, que padecía cáncer de laringe. Al contrario que Toñi, Félix dejó de hablar cuando le extirparon la laringe y hasta que recibió la prótesis no había vuelto a hacerlo. Llevaba así casi nueve años, pues la enfermedad se la detectaron en el 2009.

«Me comunicaba como podía, con señas, con gestos, dependía mucho de mi familia. El cambio ha sido grandísimo, de no hablar a poder hacerlo. La colocación de la prótesis no es nada dolorosa. Cuando supe que tenía cáncer llevaba años que fumaba unos 6 o 7 cigarros al día, pero antes era un paquete diario», recalca este paciente.

El cordobés Patricio Jiménez, de 52 años, es otro de los beneficiarios de esta técnica. Le operaron del cáncer de laringe, pero se le reprodujo. Tuvo que recibir quimioterapia y radioterapia, con el objetivo de intentar preservarle la laringe, aunque finalmente no fue posible hacerlo. Empezó con ayuda de la logopeda a practicar la voz esofágica y hablaba bien, aunque posteriormente le ofrecieron en el Reina Sofía poder implantarle esta prótesis fonatoria.

Patricio, cuya profesión es la de restaurador de muebles, también es una persona muy comunicativa. Ya no puede asumir el trabajo que realizaba antes, aunque le gusta seguir yendo a su taller. Al igual que los otros dos pacientes, Patricio también era fumador. El tabaco es el principal motivo que causa este cáncer.