Los retos y las demandas del campo cordobés son históricas, aunque existen matices temporales que aparecen en momentos puntuales, como sucede cuando hay que renegociar la Política Agrícola Común (PAC) y sobre la mesa siempre surgen dificultades para mantener los fondos asignados en periodos anteriores en Andalucía y Córdoba. El 1 de septiembre se inició el año agrícola (el 1 de octubre comienza el año hidrológico), tras un ejercicio que estuvo marcado por la falta de precipitaciones hasta finales de febrero y la incertidumbre por el agua para regadío que se dispondría y que cambió sustancialmente con las abundantes precipitaciones de la primavera, que recuperaron los embalses y que los han dejado en la actualidad al 48,4% (hace un año estaban 31,2%).

Precisamente, la demanda de más regadío para la provincia de Córdoba estará en la agenda de los agricultores cordobeses y sus representantes en los próximos meses. Hoy no se entiende el futuro del campo cordobés sin un incremento de la superficie de regadío para poder situarse en las mismas condiciones que otras provincias como Sevilla o Jaén, que sí se han beneficiado del agua para hacer más competitivas sus explotaciones. Habrá que ver si la inestabilidad política no dilata una respuesta a una petición en la que se han unido Junta de Andalucía y organizaciones agrarias. No se puede olvidar que Córdoba es la provincia que almacena más agua en la cuenca del Guadalquivir y que es una de las que más han modernizado sus regadíos.

Córdoba seguirá muy pendiente de lo que está sucediendo en mercados como los de Estados Unidos en producciones como la aceituna de mesa, tras el incremento de los aranceles, y si se contagia a otros productos como el aceite de oliva. La Junta de Andalucía, que la pasada semana hizo una declaración unívoca con las organizaciones agrarias en defensa de los fondos que llegan de la PAC, viene exigiendo mayores presiones de la Unión Europea al Gobierno de Donald Trump para intentar frenar esta ofensiva que afecta a la agricultura española. Mientras sí se frenó la subida de aranceles en otras producciones tras las presiones europeas, no sucedió lo mismo con la aceituna de mesa. Por cierto, habrá que estar muy atentos a la evolución de los precios del aceite de oliva tras la importante corrección que se ha producido durante la campaña que finaliza oficialmente el 30 de septiembre. A mayor cosecha, como se espera, habrá más tensiones de los compradores. Y Córdoba seguirá atenta a lo que sucede en otras producciones de especial importancia, como ocurre con el vacuno de leche, pero también con el ovino o el porcino ibérico mientras se sigue transformando su mapa de cultivos. El olivar continúa creciendo, resurge el almendro y aparecen otros como el pistacho o el nogal. Lo que está claro es que la distribución de cultivos de la Campiña será muy distinta en poco tiempo.