Lo que pudo haber sido, fue. Hay veces en que un proceso rutinario, que se realiza a menudo sin comportar excesivos riesgos, se trunca de forma inesperada y causa un estropicio. Eso fue lo que, según el relato de Oleícola El Tejar, ocurrió en su planta de Pedro Abad el fin de semana pasado, cuando una pequeña tubería empleada en el trasvase de orujo se rompió de forma accidental generando un vertido de 20 kilómetros, «el mayor que sufre el Guadalquivir desde hace dos décadas», según lo calificó la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Aunque la mancha se detectó en El Carpio, la noticia saltó a los medios cuando la mancha se hizo visible en el cauce del río a su paso por Córdoba, después de que la CHG soltara agua del pantano para aliviar el problema.

Vertido no tóxicoTodo aconteció de forma muy rápida. Las primeras explicaciones de la Confederación señalaban que el vertido no era tóxico, sino de falta de oxígeno del agua, motivo por el cual los peces estaban muriendo. Casi 5 toneladas de peces muertos fueron recogidos en los días posteriores por la empresa pública Tragsa. Al tiempo que los técnicos trabajaban en restablecer la normalidad y conocer los detalles de lo ocurrido se sucedieron las voces de todas las administraciones y grupos ecologistas destacando el «desastre medioambiental» y pidiendo «sanciones ejemplares» para la empresa responsable del vertido. En medio del tumulto, El Tejar permaneció en silencio hasta que el presidente, Francisco Serrano, confirmó a este periódico que se había producido un accidente en la planta de Pedro Abad que habría generado un vertido de «entre 150 y 200 metros cúbicos». La empresa anunció que revisaría sus sistemas de control para reforzarlos y su disposición de asumir las responsabilidades que en su momento se le atribuyan, si bien planteó que el efecto devastador del vertido podría estar relacionado con el estado previo del cauce del río a la altura de Pedro Abad «con muy poca agua, altas temperaturas y gran cantidad de cieno», según Serrano, «lo que habría producido la muerte de peces incluso antes de registrarse el vertido».

Responsabilidades

A mediados de esta semana, retirada la mayor parte de los peces afectados, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir dio por restituidos los niveles óptimos de oxígeno en el agua, pendiente aún la valoración de los efectos medioambientales del episodio a corto y largo plazo así como los detalles de los expedientes sancionadores abiertos tanto por la Confederación como por la Consejería de Medio Ambiente. Ecologistas en Acción, que ha recordado vertidos anteriores de El Tejar, y el Ayuntamiento reclamaron una actuación contundente con la empresa y el refuerzo de los sistemas de contención en las empresas cercanas a los cauces hidrográficos para evitar que algo así se repita. Ayer mismo, la plataforma Por un Río Vivo celebró una concentración con el lema Ni un vertido más.

El ‘vertido’ político

El vertido ecológico ha entrado ahora en fase de rifirrafe político a cuenta de las dos administraciones implicadas en su gestión, de signo político contrario. La petición de la comparecencia en el Congreso de la ministra de Agricultura y Medio Ambiente realizada por el diputado socialista Antonio Hurtado, interesado en conocer «toda la información» de cómo se ha gestionado el asunto por parte de la Confederación Hidrográfica y de los informes sobre el impacto medioambiental sobre el río, ha llevado al PP a ir más allá y además de reclamar la comparecencia del consejero en el Parlamento andaluz, exige la dimisión del delegado de Medio Ambiente, Francisco de Paula Algar. Ambas partes se acusan de desconocer las competencias del otro, generándose un cruce de acusaciones que solo contribuye a confundir a la ciudadanía.

Competencias

Lo cierto es que la investigación sobre la empresa corresponde a la Junta de Andalucía, que tendrá que aclarar las condiciones en que se produjo el siniestro y comprobar si la empresa cumplió las exigencias legales en la gestión de residuos.

La CHG, por su parte, como responsable de la gestión del río, deberá exponer qué actuaciones se llevaron a cabo para aminorar los efectos contaminantes del vertido y cuáles serán sus efectos.