«No va a ser fácil, pero intentaremos que de aquí al domingo estén todos fuera del templo romano». Las responsables de la protectora de animales El Arca de Noe iniciaron ayer la ardua tarea de capturar a todos los gatos residentes en el Templo Romano desde tiempo indefinido, una colonia estable cuya protección motivó una silenciosa demanda social que obligó a última hora al Ayuntamiento a descartar la intervención de Sadeco y optar por esta vía.

Con las obras paralizadas desde el lunes, El Arca de Noé trabaja a contrarreloj, pese a que la captura de felinos no es una cuestión que pueda calcularse. Según la responsable de la intervención, «estamos en época de cría y puede haber un montón de gatitos por ahí escondidos», por lo que prevén un fin de semana agotador. En principio, se estima que hay una docena de gatos adultos, a los que se recomienda no alimentar para que sea más fácil que entren en las jaulas trampa instaladas al efecto. Una vez atrapados, los gatos son trasladados a la gatera construida para alojarlos, donde serán desparasitados y esterilizados, a la espera de volver al yacimiento, una vez concluyan las obras. La actividad, según las fuentes consultadas, entraña riesgo, por la altura del foso, y se llevará a cabo bajo las indicaciones del arqueólogo municipal, que ha dado instrucciones a la protectora sobre cómo acceder a los distintos espacios. Ahora solo queda esperar a que caigan en las trampas.