La junta directiva de la nueva asociación vecinal Galea Vetus, del barrio de San Agustín, abordó ayer entre sus puntos principales intensificar la reivindicación de que se le dé un uso inmediato al clausurado colegio Luciano Centeno, en la zona de Las Costanillas, después de dos años de cierre y antes de que se deterioren sus instalaciones o sea objeto de una ocupación que no responda a los intereses de todos los vecinos.

Según informó el nuevo presidente de la asociación vecinal, Manuel Cabrera, la demanda ciudadana tiene aún más razón de ser sabiendo que el colegio se encuentra en perfectas condiciones para su reutilización y, sobre todo, sabiendo la secular carencia de infraestructuras y equipamiento social que tienen los barrios de Casco Histórico y específicamente esta zona.

Al respecto, la AV pide que se le ceda un espacio para fijar su sede y se habilite servicios para mayores o a manera de un centro cívico o se concedan cesiones a colectivos de este tipo. Entre ellos, la AV también apoya la petición de un espacio para actividades educativa y sociales de la Escuela de Músicos El Gato.

La petición de la AV Galea Vetus se justifica ahora tras la desafectación de uso educativo del inmueble por parte de la Junta de Andalucía, pero no es nueva en sí misma, ya que la anterior junta directiva de la asociación vecinal, presidida por Antonio Pérez, había considerado la cuestión mientras que otro colectivo vecinal del barrio, la asociación de vecinos San Agustín, con Rafael Soto a la cabeza, viene apoyando la reutilización del clausurado colegio. Incluso, el grupo popular en el Ayuntamiento de Córdoba presentó una moción al Pleno de febrero para que el inmueble se ponga en uso.

Por otra parte, la directiva de la asociación vecinal también abordó reclamar al Ayuntamiento que varíe la intervenciones previstas para las calles Cárcamo y Obispo López Criado. En estas dos calzadas, cuya reforma las dejará a un único nivel, está previsto habilitar una zona de tradicional chino cordobés, que los vecinos proponen que se sustituya por el taqueado tradicional de adoquines sin variar el resto de la intervención. Según los vecinos, el intenso uso del pavimento de estas calles, tanto por parte de viandante como de vehículos, llevaría en poco tiempo a que comenzara a deteriorarse el firme de chinos, lo que además de obligar a un significativo gasto cada poco tiempo daría un mal aspecto a las calles e incluso podría originar situaciones de riesgo.H