Si hay una ruta variopinta por los patios que agrupa, por su disposición espacial y por los premios que atesoran, quizás esa sea la de San Pedro y Santiago, que enmarca según la guía de Diario CÓRDOBA, a ocho recintos en concurso. Se puede iniciar el recorrido desde la plaza de la Corredera, con los patios de Maese Luis o desde la Ribera, y empezar en la calle Tinte. En uno y en otro extremo se encuentran los máximos galardones en arquitectura antigua del año pasado, Maese Luis 22 y Tinte 9. En la casa de Luisa (Maese Luis 22), a la que se puede ver trabajando en su taller de cerámica mientras uno transita su patio salón, presidido por un limonero y una exquisita variedad de plantas. El premio mantiene el foco de atención en su patio, por lo que Luisa ha tenido que poner una persona en la puerta los días que no hay controlador. «Aquí no pueden entrar más de ocho personas a la vez, es mejor para las plantas, para nosotros y para los que nos visitan», asegura. Pese a la espera y a la continua circulación de coches, la gente espera su turno. En la misma calle, se pueden ver dos patios de arquitectura moderna muy dispares entre sí, el de Isabel López (9) y sus tortugas, un espacio fresco plagado de flores donde ya ha habido algún percance fruto del descuido o torpeza de algún visitante «ayer mismo, me rompieron un macetón de begonias precioso», afirma. En el de Esperanza Ruiz y José Cruz (4), un patio de sombra donde predomina el verde, llama la atención el belén obra enmarcada en un patio realizada por su propietario, un reconocido belenista cordobés. Otra joya de esta ruta, premiada con el primer premio en el 2014 es La Palma 3, de Manuel Cachinero, un auténtico oasis en medio del casco histórico donde las plantas impregnan de frescor el entorno, en un espectáculo multicolor. Con una estructura muy distinta y 2 patios, Aceite 8 luce este año espectacular. Carmen y José Antonio se lo han currado y no deja a nadie indiferente. No dejen de visitarlo. Tampoco se olviden de Alfonso XII 29, en este caso de arquitectura antigua, permite al visitante transportarse a una atmósfera moruna en la que entronca el patio. Completa el recorrido El Patio de las Campanas (Siete Revueltas 1), escenario de actuaciones nocturas, y el bello patio de Tinte 9, cuidado por Ana Muñoz, un derroche de imaginación y color que este año se despliega también en la pared frontal, sembrada de surfinias rosas de imposible acceso. Ana, una enamorada de las flores, no se resistirá a presentarle a cada una de sus plantas, a las que se dirige en primera persona. Quizás ese sea el secreto de su don y sus múltiples galardones.