La Universidad de Córdoba sigue buscando fórmulas para mejorar el rendimiento de los edificios que tiene en desuso, ya sea por la vía del alquiler o la de la venta. La última incorporación a la estrategia inmobiliaria de la UCO ha sido una parte del inmueble que albergó el originario instituto Alhakén II, en el campus de Rabanales, que según publicó ayer el Boletín Oficial del Estado se alquila por un periodo de 35 años y un importe total de 2,644.824 euros. Según el vicerrector de Infraestructuras de la UCO, Antonio Cubero, la oferta se presenta porque «parece que hay empresas interesadas en contar con instalaciones en el campus». El edificio ha estado cerrado y en desuso desde que la actividad docente se trasladó desde Rabanales a la zona de Poniente, por lo que requerirá una actuación de reforma previa. El precio mensual del alquiler del antiguo instituto es de 4 euros por metro cuadrado más IVA, lo que se traduciría en «unos 3.000 euros mensuales más IVA», ha señalado, una cantidad que «compensaría tener un edificio de estas características sin coste para la UCO y obtener ciertos ingresos para realizar mejoras en el campus de Rabanales». El plazo para presentar ofertas es de quince días a partir de la fecha de publicación en el BOE (ayer), es decir, hasta el próximo 23 de diciembre.

Además de este edificio, la Universidad de Córdoba mantiene en venta el colegio mayor Séneca, que, según Cubero, está a la espera de que «la Junta conteste sobre el derecho de reversión para llevar a cabo la enajenación del edificio». Una vez se lleve a cabo este trámite, la intención de la UCO es venderlo a alguna de las empresas que han mostrado interés en su adquisición y que, al parecer, tendrían intención de convertirlo en albergue o residencia aún por definir.

Por último, la antigua Escuela de Agrónomos, ese edificio emblemático que durante un tiempo fue reservado para el proyecto de hospital de Prasa, sigue sin encontrar su destino definitivo. Dos años después de que se cerraran las negociaciones con Prasa para el alquiler y que acabaron por irse al traste, dejando en manos de la Universidad la fianza abonada, el vicerrector de Infraestructuras no tiene previsto volver a sacar a concurso público el alquiler del inmueble, ya que no hay ninguna opción seria sobre la mesa. «Seguimos en conversaciones con un par de empresas interesadas, pero no se concreta nada, así que de momento no vamos a dar más pasos».