Para muchos, la artesanía es un término medio entre el diseño y el arte. Para otros, es la continuación de los oficios tradicionales en los que la estética tiene un papel destacado. Por ello, aún quedan algunos artesanos que se dedican a los llamados "oficios tradicionales". Es el caso de la empresa familiar Meryan y los guitarreros Hermanos Peña.

Meryan es una empresa familiar dedicada exclusivamente a la producción y venta de cuero artesanal. Establecidos desde 1952 en la Calleja de las Flores, los fundadores Angel López-Obrero, famoso pintor cordobés, y su esposa Mercedes ya han fallecido, pero ahora es Daniel López-Obrero, nieto de los fundadores, el gerente de la empresa, quien junto a otros artesanos especializados que trabajan bajo su dirección, mantiene esta artesanía viva en Córdoba.

En el taller trabajan cinco personas y en la tienda otras tres. Todos jóvenes amigos de la familia de toda la vida. Venden a todo tipo de público, tanto a turistas y hermandades como a empresas privadas. El precio de los artículos de cuero va desde los tres euros hasta 6.000. Ante la situación actual, se nota la crisis, pero no tanto como en otros sectores, afirma Hernando Vicente de Soto, que lleva trabajando en el taller desde hace 22 años. "La gente viene económicamente peor, pero sigue viniendo, aunque algo se nota, pero no tanto como pensábamos".

Fabrican los tradicionales cordobanes y guadamecíes, "cueros de Córdoba", que dieron mundialmente fama a la ciudad. El taller produce obras artísticas en cuero repujado destinadas a muy diferentes usos. En líneas generales esta producción de artículos de cuero consiste en paneles decorativos, reposteros, arcones, escudos de apellidos, cofres y escudos de ciudades, entre otros.

Los guitarreros Hermanos Peña tienen su taller en la plaza del Potro. Son sobrinos del guitarrista Paco Peña, del que les viene todo su amor por este arte. Anteriormente estaban asociados con el gaitero del grupo Helvia, por lo que se dedicaban a la elaboración de instrumentos de viento en madera. Sin embargo, desde hace siete años los hermanos peña decidieron dedicarse únicamente a la fabricación de guitarras. "Dedico el 100% de mi tiempo a la guitarra", afirma Jaime A. Peña, de 37 años. Fabrica unas diez guitarras al año. "No son muchas, pero son muy exclusivas".

Estos hermanos trabajan los dos estilos, la guitarra clásica y la flamenca, aunque estando en Córdoba, el 80% de las guitarras que elaboran son flamencas, indica Jaime. "Con la crisis ha caído un poco la cosa, es lógico", afirma Jaime Peña. Su tío, Paco Peña, se enamoró de las guitarras de Gerundino Fernández, por lo que su silueta se basa un poco en ésta. Aún así, ellos mismos continúan su propia investigación del instrumento que tanto les fascina. Jaime tarda algo más de un mes en fabricarlas. Después es su hermano Carlos el que las barniza, en un proceso lento.

Su producción es pequeña, pero muy exclusiva. El taller es muy pequeñito, pero afirma que no necesita mucho más. Los precios varían entre los 1.000 y los 4.000 euros. Tienen distintas gamas de guitarra, tanto para chavales de conservatorio que quieren algo más serio que una guitarra de fábrica, pero que no disponen de 6.000 euros, como encargos concretos con maderas específicas para profesores de conservatorio.