«Ser barrendero no era un oficio, era un castigo. Algo con lo que se amenazaba a los niños que no querían estudiar», recordaba ayer Francisco Valverde, director de comunicación externa de Sadeco, barrendero desde 1982 y uno de los fundadores de esta empresa municipal, que hoy mira con orgullo todo lo que se ha conseguido. Sadeco 30 años es un libro editado con mimo, que repasa con precisión histórica y despliegue fotográfico cómo ha evolucionado el concepto de higiene en Córdoba (en las épocas romana, musulmana, medieval y de la ocupación francesa) y explica quiénes forman hoy, 30 años después de su nacimiento, esta empresa municipal.

El primer teniente alcalde y presidente de Sadeco, Pedro García, presentó ayer esta publicación, de la que se han hecho mil ejemplares para repartir entre la plantilla y como obsequio de protocolo, y que ha costado alrededor de 14.000 euros. «Sadeco es una empresa pública ejemplar y de las más solventes, y sus trabajadores la sienten como suya», afirmó, al tiempo que reivindicó la gestión del actual equipo de gobierno respecto a su «recapitalización humana y material» y el llamado espíritu Sadeco.

El director de esta publicación, Paco Casado, explicó que el libro empezó siendo «un proyecto pequeño», pero ha crecido «de manera exponencial por la información que tiene Sadeco». De todo este trabajo, destacó la constatación de la existencia de ese «espíritu de Sadeco» y «lo contentos que están los trabajadores de pertenecer a esta empresa».

Marta Jiménez, responsable de la redacción y la coordinación editorial, subrayó su carácter divulgativo y estilo periodístico, y afirmó que hacer este libro «ha sido un regalo». En este sentido, la periodista cordobesa ha explicado la «sorpresa» que les ha supuesto la inexistencia de obras que investiguen las ordenanzas municipales de limpieza (ellos han rescatado las de Córdoba gracias a una minuciosa labor investigadora), pese a que contienen historias «curiosísimas», y destacó la segunda parte del libro, que se sumerge en la estructura de la empresa en la actualidad. «En estos tiempos que corren, donde todos nos quejamos de todo, casi nadie en Sadeco se ha quejado de nada. Hacer este libro me ha reconciliado con lo público», dijo.