Es propiedad del conde de Torres Cabrera, Alfonso Martel y Fonseca, y está declarado BIC. Se encuentra en la aldea de Torres Cabrera, junto a la N-432. Actualmente abandonada, tiene serio riesgo de hundimiento de la estructura principal.

El castillo, que incluye la torre y un cortijo, es del siglo XIII y su última restauración se llevó a cabo a finales del siglo XIX, cuando Ricardo Martel Fernández de Córdoba Cabrera Argote y Guzmán reconstruyó los graneros y molinos de aceite y mejoró la zona señorial. Desde entonces no se ha intervenido en ella, si bien a principios de los años 80 hubo un intento para que la propiedad cediera el uso a la asociación Amigos de los Castillos que no prosperó.

La torre, almenada, es de planta cuadrada, tiene sótano y dos plantas de altura. Los muros están construidos en piedra y ladrillo y las distintas plantas las soportan cúpulas de ladrillo con aparejo anular.